viernes, 20 de abril de 2018

Cómo es la carrera por descubrir nuevos virus antes de que sean pandemia - INVDES

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Cómo es la carrera por descubrir nuevos virus antes de que sean pandemia

En octubre de 2016 las crías de los cerdos en algunas granjas del sur de Chinacomenzaron a morir, se creía que de una enfermedad a la que son vulnerables, el virus de la diarrea epidémica porcina. Pero los animales fueron tratados y, cuando meses más tarde, las nueva crías seguían muriendo, los biólogos se preocuparon: se trataba de un virus nuevo.
El fenómeno —lo llamaron coronavirus del síndrome de la diarrea aguda porcina— “es sólo un ejemplo de las amenazas virales que se desarrollan cuando los humanos chocan contra la frontera del mundo no-humano”, explicó Wired en un artículo sobre la carrera por “entender esas intersecciones, que son una parte crítica de la defensa contra los nuevos virus humanos”.
Hasta el momento, la ciencia ha identificado 111 familias de virus, 25 de las cuales contienen virus que han infectado a los humanos o podrían hacerlo, pero no son todos los virus de esas familias. Se cree que la cifra total de virus es de 1,67 millones y de ellos entre 631.000 y 827.000 podrían ser peligrosos si entrasen en contacto con las personas.
La globalización es un factor de peso, además, en la porosidad de esa frontera. Si se identificó con rapidez el virus de las crías de los cerdos, señaló la revista, fue porque intervino el proyecto EPT/Predict, que se orienta a la identificación urgente de microorganismos. “En todo el mundo, los científicos toman muestras virales de la vida silvestre en áreas donde es probable el contagio a otras especies”.
Uno de esos países es China. El virus de los cerdos ya estaba registrado en la base de datos del programa, pero se habían sacado originalmente del murciélago rinolófido, que habita en las granjas y acompaña a humanos y animales domésticos.
“La predicción también utiliza herramientas moleculares para comprender si esos virus son (o se pueden convertir) en una amenaza para la salud humana”, agregó el artículo. “Estudia la conducta de los humanos que viven en la frontera de la vida silvestre para entender qué los hace vulnerables. Y con todos esos datos se usan modelos predictivos para ubicar dónde podría suceder el próximo paso de una especie a otra”.
En el caso del virus que mataba a las crías porcinas, por ejemplo, se comprobó que no afectaba a las células humanas, a diferencia del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), aunque son familia y ambos afectan al murciélago.
“Globalmente permitimos que los virus surjan y se filtren por nuestra red, bastante seguido”, dijo el parasitólogo Peter Daszak, presidente de la EcoHealth Alliance, a Wired. “Los nuevos virus nunca son una excepción. Fijémonos en las grandes enfermedades humanas: el HIV se pasó a los humanos siete u ocho veces antes de que la última vez creara la pandemia moderna. El hantavirus, que transmitían los ratones en la zona del pueblo navajo [la frontera entre Colorado, Utah, Nuevo México y Arizona] en los Estados Unidos, se había pasado antes; había leyendas de los navajos sobre el tema”.
Sucede que al producirse el paso de una especie a otra, los virus no se quedan estáticos: “evolucionan y se vuelven mejores para infectar a la gente”, agregó Daszak. Por eso, agregó la epidemióloga informática Maimuna Shahnaz Majumder, investigadora de HealthMap, “Necesitamos vigilancia de contagio en todos los lugares donde sea porosa la barrera entre los humanos y la vida silvestre, incluidas las regiones vulnerables al cambio climático y la desforestación”.
Para eso, el Proyecto Global del Viroma no sólo detecta virus nuevos, como EPT/Predict sino que estudia la conducta humana y la epidemiología de las enfermedades. Trabaja con 2.500 científicos en distintos países, entre ellos especialistas como Nathan Wolfe, que aspiran a identificar el total de 1,67 millones de virus.
El costo es alto: USD 7.000 millones, se calcula. Pero la alternativa de esperar a que una pandemia afecte a la población del mundo también es cara: el SARS, por ejemplo, “costó al menos unos USD 30.000 millones”, estimó Daszak. “Tiene más sentido gastar menos de entrada”, agregó.
Fuente: infobae.com

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