miércoles, 5 de junio de 2013

Poco a poco se avanza contra el cáncer


PREVENCIÓN | Ejercicio a los 50

Poco a poco se avanza contra el cáncer

Un grupo de corredores en el maratón ComradesUn grupo de corredores en el maratón Comrades, de Durban a Pietermaritzburg. | Reuters
El último congreso de ASCO (Asociación Americana de Oncología Clínica), que acaba de terminar en Chicago, ha puesto de manifiesto que se están dando pasos determinantes para atacar los tumores malignos con mucha más finura de lo que se hacía hace sólo una década. Más marcadores moleculares específicos, mejor conocimiento de las características moleculares de la lesión, nuevos productos que consiguen aumentos significativos de la supervivencia en cánceres de hasta ahora de pésimo pronóstico... En general, buenas noticias.

Sin embargo, uno de los estudios que, desde la perspectiva de la prevención de la enfermedad más temida en el mundo, ha pasado algo desapercibido y merece un comentario adicional.

Se trata de un trabajo prospectivo en el que se ha seguido a una cohorte de 17.000 varones durante 20 años y en que se ha evaluado la incidencia de distintos tipos de cáncer y su relación con la forma física que cada participante tenía en el momento del inicio del estudio. La media de edad era de 50 años.

Los datos son tajantes. Aquellos que más aguantaron en su momento corriendo en la cinta rodante, los tops de cinco posibles categorías, tuvieron una disminución de la incidencia de cáncer de pulmón y de colon muy significativa. El riesgo de cáncer de pulmón bajó un 70% y el de colon un 40% en aquellos que hacían ejercicio de nivel con regularidad, los mejor entrenados. Son porcentajes que deben considerarse como una de las mejores noticias que se han producido en ASCO.

Es lamentable que un estudio así no haya merecido titulares en los medios de comunicación que cubrían el evento científico. Aún reconociendo que el trabajo es de observación, epidemiológico. No es un ensayo controlado.

La disminución de la frecuencia del cáncer de pulmón entre los más atletas tiene posiblemente una explicación fácil. Es difícil estar en buena forma física si se es fumador y aquellos que no fuman tienen una incidencia bajísima de cáncer de pulmón.

Menos claro, aunque muy trascendente, es el porqué de la relación inversa que existe entre ejercicio y cáncer de colon. Pero como los tumores colo-rectales se están convirtiendo también en una pandemia, un dato como éste no debe caer en saco roto. La patología maligna del intestino grueso es, después de la de pulmón, la que más muertes causas. Aunque el diagnóstico precoz de este problema, o de su precursor (el pólipo benigno), disminuye de una manera drástica la mortalidad de estos tumores, la generalización de pruebas de detección temprana de los mismos -hemorragias ocultas en heces y/o colonoscopias- es una tarea imposible.

Por eso, el esfuerzo mayor que deberían hacer los sistemas sanitarios de los países desarrollados tendría que centrarse en promover el ejercicio físico.

De acuerdo con el último informe de la OMS hay por delante mucho trabajo que hacer en este campo porque la tasa de inactividad es elevada en demasiados países.

El reto ahora consiste en conseguir modificar los malos hábitos instaurados entre una población muy perezosa e intentar que una gran mayoría cambie la parsimonia de la silla, el sillón y el vehículo por un par de zapatillas con las que quemar un número importante de calorías al día. Ese es el desafío de todos los sistemas sanitarios del mundo. La mejor solución para mejorar la salud de casi todo el planeta.

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