jueves, 6 de junio de 2013

La intervención suele imponerse en quiste óseo infantil de riesgo - DiarioMedico.com

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VII Congreso Nacional de la SEOP

La intervención suele imponerse en quiste óseo infantil de riesgo

Se realiza osteosíntesis preventiva cuando hay posibilidad de alteración en el crecimiento. La displasia de cadera antes de la marcha también está sujeta a diversas interpretaciones.
Enrique Mezquita. Alicante | dmredaccion@diariomedico.com   |  06/06/2013 00:00

Rafael Andreu
Rafael Andreu, del Hospital General de Elche. (Enrique Mezquita)

El VII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica (SEOP), que se inicia hoy en Elche (Alicante), reúne a más de un centenar de especialistas para analizar las últimas novedades de este ámbito. Según ha explicado a DM Rafael Andreu, traumatólogo del Hospital General de Elche y presidente del comité organizador, el evento analizará en profundidad temas de debate dentro de la especialidad. En este sentido, destaca una intervención, a cargo de Ramón Huguet, del Hospital San Juan de Dios, de Barcelona, sobre el actual tratamiento de los quistes óseos. "El quiste óseo esencial es una entidad a la que se le suele dar poca importancia, ya que es un proceso histológicamente benigno, muchas veces descubierto de forma casual y, en general, no presenta problemas en cuanto a su tratamiento. No obstante, en determinadas situaciones nos pone frente a un riesgo potencial elevado que puede alterar el crecimiento de la extremidad inferior del niño, sobre todo cuando se localiza en el extremo proximal del fémur". En estos casos, la controversia se centra entre realizar una osteosíntesis preventiva o no, aunque Andreu ha matizado que "parece ser que actualmente nos inclinamos hacia realizar una osteosíntesis preventiva para evitar una fractura patológica, que podría alterar severamente el crecimiento de la extremidad proximal del fémur del niño".


Difícil acceso
Otro tipo de quistes, los aneurismáticos, plantean también problemas en su tratamiento. "Son benignos, pero tienen un gran crecimiento y pueden llegar a plantear conflictos de espacio con las estructuras vecinas, fragilizar el hueso y, en ocasiones, situarse en regiones de difícil abordaje quirúrgico, como la pelvis". En estos casos, parece que la tendencia es emplear sustancias esclerosantes, "que inyectadas en el interior del quiste consiguen elevados índices de  curación".

En lo que se refiere al tratamiento de la displasia del desarrollo de la cadera (DDC) descubierta después de la edad de la marcha, el cirujano indica que lo esencial es saber hasta qué momento se puede llevar a cabo una reducción de la luxación y la conveniencia de una tracción previa a la misma. "La clásica tracción previa, que era norma hasta no hace mucho, es discutida en estos momentos y hay autores que dudan de los beneficios que clásicamente le habíamos atribuido: disminuir la incidencia de necrosis avascular postreduccional".


Asegurar el movimiento
Así, aparece otra opción basada en la reducción bajo anestesia general, de la que ha señalado que "será cerrada si es posible y, si no, abierta. Todo depende de la edad del paciente y del tipo de luxación".
Otro aspecto alude a las fracturas de antebrazo en la infancia. "La importancia de una buena reducción en estas fracturas viene dada por tratarse de un segmento en el que dos huesos tienen que sincronizarse para dar un adecuado movimiento de rotación en la prono-supinación del antebrazo". Los expertos se inclinan cada vez más "por un tratamiento quirúrgico con enclavado endomedular de cúbito y radio, cuando es posible, porque nos da una gran seguridad y nos evita el escayolado con yesos circulares y los peligros que comporta, como pérdidas de reducción o síndromes compartimentales".

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