martes, 19 de febrero de 2013

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Suplementos de ácido fólico al comienzo del embarazo pueden reducir el riesgo de autismo

19/02/2013 - E.P.

Los CDC estiman que a alrededor de uno de cada ochenta y ocho niños en Estados Unidos se les diagnostica un trastorno del espectro del autismo uno de los trastornos mentales más hereditarios pero de los que apenas se conoce de cómo se desarrolla

Los suplementos prenatales de ácido fólico (vitamina B9) parecen reducir el riesgo de trastornos del espectro autista en el niño en un 40 por ciento, según un estudio publicado en Journal of the American Medical Association.

El ácido fólico es necesario para la síntesis y reparación del ADN. La ingesta de suplementos de ácido fólico durante el embarazo temprano se sabe que protege contra la espina bífida y otros defectos del tubo neural en los niños.

En Estados Unidos, Canadá, y Chile, el ácido fólico se añade a la harina, para proporcionar automáticamente estos suplementos a los consumidores. Noruega, país donde se desarrolló este estudio, no enriquece su harina, y desde 1998, la Dirección Nacional de Salud ha recomendado que todas las mujeres que planean quedar embarazadas tomen un suplemento diario de ácido fólico desde un mes antes del inicio del embarazo hasta el primer trimestre.

A pesar de esta política, investigaciones de América del Norte y Europa han demostrado que muchas mujeres embarazadas tienen una menor ingesta dietética de folato de lo necesario para prevenir los defectos del tubo neural. El actual informe se realizó con datos del Estudio noruego de Cohorte Niño (MOBA) y su subestudio del autismo, Estudio de Cohorte de Nacimientos de Autismo (ABC).

Un total de 85.176 bebés nacidos en 2002-2008 y sus padres participaron en el estudio MOBA, en el que se registraron los hábitos alimenticios prenatales y las familias fueron encuestadas regularmente durante entre 3 y 10 años para medir el desarrollo de los trastornos del espectro autista. Se identificó un total de 270 casos de trastornos del espectro autista en la población de estudio (114 de trastorno autista, 56 del síndrome de Asperger, 100 de autismo atípico o no especificado, es decir, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado).

Las madres que tomaron suplementos de ácido fólico al comienzo del embarazo tenían un riesgo un 40 por ciento menor de dar a luz hijos con autismo en comparación con las madres que no tomaron ácido fólico. La reducción del riesgo se observó en los que tomaron ácido fólico durante el intervalo de tiempo de entre cuatro semanas antes y de ocho semanas después del inicio de la gestación.
No hay reducción en el riesgo observado para el autismo atípico o no especificado, mientras para el síndrome de Asperger, el número de niños era demasiado bajo para obtener el poder estadístico suficiente en los análisis.

El uso de ácido fólico en el embarazo temprano aumentó sustancialmente desde 2002 hasta 2008 entre las mujeres que participaron en MOBA. En 2002, el 43 por ciento de las participantes ingirió suplementos de ácido fólico, mientras en el año 2008, la cifra ascendió al 85 por ciento de las madres, aunque muchas de ellas empezaron a tomar ácido fólico más tarde de lo recomendado, y sólo la mitad comenzó antes del inicio del embarazo.

El momento de la ingesta de folato parece ser un factor crítico, ya que el riesgo de autismo del niño se redujo sólo cuando los suplementos se tomaron entre cuatro semanas antes y ocho semanas después del inicio del embarazo.

"Hemos examinado la tasa de los trastornos del espectro del autismo en los niños nacidos de madres que recibieron o no ácido fólico durante el embarazo. Hubo una dramática reducción en el riesgo de autismo en los niños nacidos de madres que toman suplementos de ácido fólico", dice Suren, autor del estudio y epidemiólogo en el Instituto Noruego de Salud Pública (INSP).

Los investigadores también analizaron si el riesgo de trastorno autista estaba influido por el uso de otros suplementos dietéticos, pero no se encontró ninguna asociación entre el uso por parte de la madre de los suplementos de aceite de pescado (aceite de hígado de bacalao y ácidos grasos omega-3) al inicio del embarazo y el riesgo de trastorno autista, además de que no se registró ninguna asociación con el uso de la madre de otras vitaminas y minerales.

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