domingo, 17 de febrero de 2013

La venta de fármacos se triplicó en una década - 17.02.2013 - lanacion.com  

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Domingo 17 de febrero de 2013 | Publicado en edición impresa

La venta de fármacos se triplicó en una década

Expertos polemizan sobre su indicación en niños y sus efectos
 
En la última década, se triplicó en las farmacias del país la venta de fármacos indicados para el tratamiento del déficit de atención con hiperactividad en los consultorios y los centros de internación, según revelan las cifras del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb).

Ese aumento, según algunos especialistas, podría explicarse por el mayor conocimiento del trastorno y el uso de los fármacos disponibles, o bien por su indicación en otras especialidades que atienden este tipo de consultas. "Entre los psiquiatras infantojuveniles, en general, los medicamentos se usan de forma bastante adecuada, cuando hay una hipótesis diagnóstica. No es una medicación que se use para tranquilizar a nadie", señaló la doctora Aldana Hosni, que se especializa en autismo y TDAH.

En tanto, la neuróloga Mabel Blanco, del Hospital de Niños de La Plata, contó que "muchas veces se indica un tratamiento sin descartar otras comorbilidades ni ver si el chico es sano teniendo en cuenta las pautas del desarrollo para la edad. [?] Sólo si el consultor neurólogo o psiquiatra infantil ve algo que exige intervenir, hay que actuar. Hay muchas variables por considerar antes de dar un diagnóstico e indicar un tratamiento".

La doctora Andrea Abadi, de la AAPI, explicó que el déficit de atención tiene "una altísima comorbilidad con los trastornos del ánimo (depresión y trastorno bipolar infantil) y los cuadros de ansiedad". Estimó que el 50-60% de los chicos afectados recibe medicación en algún momento. "Sirve sólo si está bien indicada", enfatizó. Como Hosni, se pronunció a favor de los tratamientos combinados con psicoeducación y orientados también a los padres, con contacto con los docentes.

Marcelo Peretta, presidente del Safyb, precisó que los medicamentos reducen los síntomas en el 70% de los casos, pero aclaró que sus efectos adversos incluyen hipertensión, irritabilidad, tics, falta de apetito, insomnio y disminución del crecimiento. "Si bien la dificultad para concentrarse y contener los impulsos puede ser un problema serio, sólo en algunos casos los medicamentos causan mejoras considerables, como aumentar la autoestima, la cognición y las interacciones sociales y familiares del paciente -sostuvo-. Cada vez más niños o adolescentes son recetados con medicamentos para el déficit de atención e hiperactividad, cuando en realidad son simplemente inmaduros o inquietos. Se diagnóstica y prescribe demasiado rápido, en 15 minutos de consulta, sin un estudio integral del niño, de su situación familiar, de su maestra y sin siquiera revisar el boletín de calificaciones."

Comentó también que el trastorno suele confundirse con la dificultad para aprender, la apnea del sueño o hasta con el síndrome del niño abusado. Y advirtió sobre lo que denominó un fenómeno nuevo: "La penetración organizada de la industria farmacéutica en las escuelas para ofrecer información sobre el trastorno, carpetas con información de los productos y capacitación docente".

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