no añade protección
La TB se enfrenta a las nuevas vacunas
Los últimos resultados del candidato MVA85A acusan cierta decepción. La vacuna española inicia ahora la evaluación de los ensayos clínicos. Los próximos años son decisivos para aumentar la eficacia de la BCG.
Sonia Moreno | soniamb@diariomedico.com | 18/02/2013 00:00
Carlos Martín Montañés, de la Universidad de Zaragoza. (Xavi Buil)
Estos resultados tan poco halagüeños han puesto en alerta al resto de los grupos que trabajan en el desarrollo de una vacuna contra la TB (alrededor de una veintena), que o bien buscan sumar eficacia a la limitada BCG -la nonagenaria vacuna que, a falta de algo mejor, se emplea como parte de estrategias preventivas en zonas de alta prevalencia- o bien, se postulan como alternativa.
- Los malos resultados del candidato a vacuna de Oxford se compensan con las lecciones aprendidas del primer ensayo clínico con una vacuna anti-TB en cien años
La vacuna sobre la que el grupo de Martín lleva ya dos décadas de investigación (Mtbvac) es un planteamiento diferente a la ensayada en fase IIb por el equipo de Oxford. Ésta utiliza una proteína del bacilo que se administra dentro de un virus modificado; el objetivo es que funcione como segunda dosis de refuerzo en los niños ya vacunados con BCG, y mejorar la protección. "En cambio, la nuestra busca administrarse en una dosis única al recién nacido", explica Carlos Martín.
"Hemos partido de una cepa (SO2) de origen humano atenuada; inactivamos un circuito de virulencia y de esta forma conseguimos en modelos animales una cepa más atenuada que la BCG y que ha demostrado, hasta el momento, mayor protección".
El principal apoyo económico para este proyecto ha sido ademas de fondos de la Union Europea, el Ministerio de Economía y Competitividad español y la Fundacion Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt). La farmacéutica gallega Biofabri, a través de la organización europea independiente TBVI, también han sustentado todos estos años de trabajo.
Competir y colaborar
La vacuna española Mtbvac se encuentra ahora en plena fase I, que se lleva a cabo con el grupo de François Spertini, en la Universidad de Lausana (Suiza); el estudio consiste en la administración a un grupo de adultos sanos, sin rastro alguno de infección ni vacunación previa de TB, para determinar la seguridad y, también importante, la inmunogenicidad. "Extraemos muestras de los sujetos vacunados para estudiar su transcriptoma antes y después de la vacunación". Ese análisis se lleva a cabo en el Instituto alemán Max Planck, donde también se trabaja en otras de las candidatas a vacuna anti-TB. "Esa colaboración con los grupos europeos competidores es normal", indica Martín, que hace unos meses estuvo visitando con los científicos de Oxford los centros en Sudáfrica donde se ha realizado el estudio clínico con la MTV85A. "Podemos aprender mucho de ellos". A pesar de que la vacuna británica no ha obtenido los resultados esperados, este estudio, con casi 3.000 niños en fase IIb, es un "avance en sí mismo", como apuntaba McShane, "por los datos que hemos generado". Así lo ve Martín: "Habrá información de gran interés sobre inmunología y del seguimiento, sobre quiénes desarrollan protección y quiénes no".
Martín, que siempre se ha mostrado cauto a la hora de hablar de plazos, reconoce que el grupo de Oxford les lleva diez años de ventaja, pero "nuestra intención es acortar los tiempos de los estudios clínicos". El impulso económico para conseguirlo podría proceder de la Fundación Bill y Melinda Gates, que sigue de cerca la evolución de la candidata española, calificada por el propio Bill Gates como smart. Si todo va bien, ve factible llegar a la fase IIb en 2016. Se estima que son necesarios unos veinte candidatos en fase I para que diez pasen a fase II, dos o tres a fase III y, finalmente, se comercialice una o dos. A pesar de los resultados con la MVA85A, el número de inscritos en esta carrera y su variedad parecen asegurar que alguno cruzará la meta.
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