Estudio realizado en ratones
Asocian la microbiota con el desarrollo cerebral
La colonización de la microbiota intestinal tiene un impacto en el desarrollo cerebral en mamíferos y, por consiguiente, en el comportamiento. Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado en el Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia, y presentado por Viorica Braniste, una de las autoras, en el IV Workshop Probióticos, prebióticos y salud: evidencia científica, celebrado en Madrid la semana pasada.
Redacción | 04/02/2013 00:00
La colonización de la microbiota intestinal tiene un impacto en el desarrollo cerebral en mamíferos y, por consiguiente, en el comportamiento. Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado en el Instituto Karolinska de Estocolmo, en Suecia, y presentado por Viorica Braniste, una de las autoras, en el IV Workshop Probióticos, prebióticos y salud: evidencia científica, celebrado en Madrid la semana pasada.
Los investigadores realizaron medidas de actividad motora y comportamiento ansioso en modelo murino, demostrando que los ratones sin gérmenes mostraban una mayor actividad motora y una reducción en la ansiedad, en comparación con ratones que no estaban colonizados con ciertos patógenos y tenían una microbiota intestinal normal.
Según los autores, aunque los resultados puedan ayudar a explicar cómo la microbiota podría regular el desarrollo cerebral y sus funciones, no arroja luz sobre qué regiones específicas en el cerebro han presentado cambios. Por otro lado, se observó un aumento en los niveles de noradrenalina, dopamina y 5-HT en el estriato de los ratones sin gérmenes.
Conclusiones
Los autores proponen que la expresión alterada de los perfiles de las vías de señalización canónicas, los cambios en los neurotransmisores y las proteínas relacionadas con la sinapsis podrían combinar y contribuir a las diferencias observadas en el comportamiento de los grupos de ratones.
Los investigadores realizaron medidas de actividad motora y comportamiento ansioso en modelo murino, demostrando que los ratones sin gérmenes mostraban una mayor actividad motora y una reducción en la ansiedad, en comparación con ratones que no estaban colonizados con ciertos patógenos y tenían una microbiota intestinal normal.
Según los autores, aunque los resultados puedan ayudar a explicar cómo la microbiota podría regular el desarrollo cerebral y sus funciones, no arroja luz sobre qué regiones específicas en el cerebro han presentado cambios. Por otro lado, se observó un aumento en los niveles de noradrenalina, dopamina y 5-HT en el estriato de los ratones sin gérmenes.
Conclusiones
Los autores proponen que la expresión alterada de los perfiles de las vías de señalización canónicas, los cambios en los neurotransmisores y las proteínas relacionadas con la sinapsis podrían combinar y contribuir a las diferencias observadas en el comportamiento de los grupos de ratones.
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