Entrevista con Ángel Aguarón de la Cruz
"La Obstetricia es una medicina de urgencia"
Ángel Aguarón de la Cruz, es jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y máster en Derecho Sanitario desde 2005
Soledad Valle | 26/12/2012 00:00
Ángel Aguarón de la Cruz, durante la entrevista en una sala del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. (Mauricio Skrycky)
"He hecho más guardias que un sargento, hasta quince días al mes", según confiesa, así que "pasaba por casa sólo de vez en cuando". Donde se le podía encontrar era en los juzgados de lo Contencioso. "Como era jefe de Alto Riesgo, firmaba todo" -relata-, "así que, si había alguna reclamación, me llamaban a mí".
- Me crea mayor conflicto ético enviar a una mujer a abortar a un centro donde no cuentan con los medios materiales que necesita que hacerlo en el hospital"
Desde entonces ejerce de perito en los juicios y frecuenta jornadas y encuentros de profesionales del Derecho y la Medicina. Ha firmado un libro sobre Medicina Legal con un magistrado del Tribunal Supremo y está coordinando una guía de atención al parto prematuro, a propuesta de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), un ámbito en el que "no están muy claras las cosas".
Información
Para evitar problemas legales y éticos, Aguarón recomienda que se improvisen minicomités de ética en los que la familia de la gestante, el obstetra y el neonatólogo pauten el protocolo ante el previsible nacimiento de un menor de bajo peso o que no haya completado la gestación, y "dejar todo por escrito para que pueda consultarlo el ginecólogo que tenga que atender a la mujer".
La información en esta especialidad es motivo de dilemas éticos y legales. Aguarón se muestra partidario de dejar elegir a la mujer la vía de parto cuando existe alguna complicación no sobrevenida; por ejemplo, ante la posible prematuridad del feto entiende que la gestante que su bebé "no pase por el trauma de la vía vaginal". Sin embargo, rechaza la medicina a la carta y recuerda que en caso de intervenciones de urgencia, la ley no recoge la obligación de informar a la mujer, apuntando que "la Obstetricia es una medicina de urgencia".
Aborto y jefatura
Antes de hablar sobre el aborto, presenta sus credenciales: "Soy una persona de educación conservadora, católico y poco moderno en este sentido", además de "jefe de servicio del Gregorio Marañón, que es un hospital de alta conflictividad en este sentido, donde tengo que solucionar el problema de la mujer".
Consciente de que no puede "cerrar los ojos o mirar hacia otro lado y seguir como jefe de servicio de un hospital como éste" y, definiéndose como antiabortista, razona que, cuando el aborto se indica porque la vida de la gestante corre un serio peligro, "me crea mayor conflicto ético enviar a una mujer a un centro donde no estoy seguro de que tengan todos los medios que necesita para abortar, dada la complicación que presenta y que ha motivado finalizar la gestación, que hacerlo en el hospital con todos los medios.Esto habrá gente que no lo entienda". Y detalla casos que se ajustan a esta realidad.
De la ley del aborto en vigor, aunque recurrida al Tribunal Constitucional, reconoce luces y sombras: no tener la obligación de informar a los padres en los casos de jóvenes de 16 años "está trayendo problemas al profesional", según confiesa, pero la posibilidad de practicar abortos ante malformaciones fetales incompatibles con la vida, diagnosticadas más allá de la semana 22, "ha dado mucha tranquilidad al médico".
La posibilidad de que su especialidad deje de estar entre las más demandadas no va a ser fácil, aunque admite que los jueces cada vez se dejan aconsejar más por los peritos. No niega que exista corporativismo en el gremio de los médicos, como tampoco que en sus periciales se pone siempre en el lugar del imputado.
La edad le ha hecho relativizar verdades y mentiras y sobre el plan de reordenación de la Sanidad de Madrid afirma que: "Mano, había que meter, pero cómo se hará..." .Tiene algunas dudas.
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