miércoles, 25 de julio de 2012

Un solo trauma cerebral basta para desencadenar Alzheimer - DiarioMedico.com

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EXPLICAN EL MECANISMO MOLECULAR DE ESTE FACTOR

Un solo trauma cerebral basta para desencadenar Alzheimer

Un único trauma crebral de moderado a grave es suficiente para interrumpir la acción de las proteínas que regulan una de las enzimas cuya expresión se asocia con la enfermedad de Alzheimer. De esta forma se ha trazado la relación entre trauma y la enfermedad neurológica.
Redacción   |  25/07/2012 00:00


"El traumatismo craneoencefálico es uno de los factores de riesgo exógenos más claros en enfermedad de Alzheimer. Un traumatismo grave puede alterar la regulación de la enzima BACE1. La elevación de los niveles de esa enzima puede conducir a su vez a un aumento en los de la proteína beta amiloide, clave en el origen de la enfermedad de Alzheimer y de otras demencias". Es la principal conclusión de Kendall Walker, del Departamento de Neurociencias en la Universidad Tufts (Boston) y primer firmante del trabajo que ha establecido el mecanismo molecular de esta relación, que se publica hoy en The Journal of Neuroscience.

El trabajo ha empleado muestras post-mortem de pacientes con Alzheimer y también modelos de ratones vivos. En los animales, los científicos constataron que en la fase aguda tras el traumatismo craneoencefálico (dos días), los niveles de las proteínas intracelulares GGA1 y GGA3 disminuían y en cambio aumentaban los de la enzima BACE1.
  • La proteína intracelular GGA3 inicia una cascada molecular que culmina con el aumento en la producción de beta amiloide tras la lesión cerebral
En el análisis de las muestras cerebrales post-mortem, se encontró también esta pauta: reducción de los niveles de GGA1 y GGA3 y aumento de BACE1, al compararse con los de los cerebros de sujetos que no sufrieron Alzheimer.

Un experimento adicional, que se sirvió de un modelo murino modificado genéticamente para expresar niveles reducidos de GGA3, desveló que a la semana tras el trauma cerebral los niveles de BACE1 y de beta amiloide se mantenían elevados, incluso cuando los de GGA1 habían vuelto a su cantidad normal. Los científicos sugieren que es la merma en los niveles de GGA3 la que explica el aumento de BACE1 y, con ello, de la producción de beta amiloide que se observa en la fase subaguda (siete días tras el trauma).

"Hemos hallado que GGA1 y GGA3 actúan de forma sinérgica para regular a BACE1 en la lesión postraumática. La identificación de esta interacción proporciona una posible diana farmacológica, con la que se regularían los niveles de la enzima BACE1 y se reducirían los depósitos de beta amiloide en los pacientes con Alzheimer", afirman los autores, que continuarán la investigación con nuevas muestras cerebrales de autopsias de pacientes con traumatismo craneoencefálico para confirmar los hallazgos.
(J Neurosci DOI: 10.1523/ jneurosci.5491-11.2012).

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