Los oxidantes en la primera etapa de la vida podrían ser claves para la longevidad

Los ejemplares jóvenes del nematodo Caenorhabditis elegans presentan altos niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS) que, con el tiempo, se reducen drásticamente, para volver a elevarse en la última etapa de su vida. Así lo revela un estudio que se publica hoy en la edición on-line de Molecular Cell, firmado por Ursula Jakob, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), y sus colaboradores.

Redacción | 20/07/2012 00:00

En los últimos tiempos se han realizado numerosos estudios destinados a probar la hipótesis de que la acumulación de ROS conduce al envejecimiento. De ser así, los productos antioxidantes podrían tener diversas aplicaciones prácticas.

Este ámbito de investigación continúa siendo muy controvertido. En este contexto, el estudio que acaba de difundirse aporta un nuevo enfoque.

Los investigadores constataron que el hecho de que el animal que se utiliza habitualmente como modelo de envejecimiento, C. elegans, soporte en las primeras etapas de su vida altos niveles de ROS puede contribuir a su longevidad.

Implicaciones
Observaron que los nematodos con mutaciones relacionadas con una mayor longevidad fueron capaces de afrontar mucho mejor los altos niveles de ROS y se recuperaron antes que aquéllos genéticamente determinados para vivir menos.

Este hallazgo implicaría que la capacidad para soportar y recuperarse del estrés oxidativo inicial podría ser un indicativo de la mayor duración de la vida de esos animales.

El próximo paso será buscar el mecanismo que explica la acumulación temprana de ROS para intentar inducir cambios en la duración de la vida manipulando esos niveles.
(Molecular Cell. DOI: 10.1016/j.molcel.2012. 06.016).