jueves, 26 de julio de 2012

Los anticuerpos anti-HLA marcan la evolución del injerto - DiarioMedico.com

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SU SEGUIMIENTO ES MUY IMPORTANTE

Los anticuerpos anti-HLA marcan la evolución del injerto

El control del rechazo de órganos sólidos a largo plazo es uno de los objetivos más deseados en el ámbito del trasplante. Los sistemas que analizan los anticuerpos anti-HLA han ofrecido nuevas posibilidades diagnósticas que repercuten en los tratamientos a largo plazo.
Raquel Serrano   |  26/07/2012 00:00


Manuel Arias y Fernando Cosío
Manuel Arias y Fernando Cosío (DM)

Concretar las causas de la pérdida de un órgano trasplantado es fundamental para diagnosticar la entidad responsable del fracaso, así como para aplicar las medidas terapéuticas más adecuadas. "A pesar de que la etapa inicial ha mejorado notablemente, después del primer o segundo año aproximadamente se produce una pérdida lenta y progresiva de órganos trasplantados. Es un porcentaje pequeño, de entre el 2 y el 6 por ciento dependiendo de los centros, pero continuo", ha indicado a DM Manuel Arias, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Marqués de Valdecilla, de Santander, y presidente de la Sociedad Española de Trasplantes.

Diagnósticos inespecíficos como nefropatía crónica, fibrosis intersticial, atrofia tubular y vasculopatía del injerto cardiaco son, entre otros, algunos de los nombres genéricos en los que se engloba el rechazo crónico. Los profesionales que han participado en un encuentro sobre Nuevas técnicas de determinación de anticuerpos anti-HLA, patrocinado por la compañía Astellas, consideran que hay que diferenciar, dentro de ese cajón de sastre, las causas reales del rechazo humoral.
  • Las determinaciones de anti-HLA pueden realizarse en cualquier momento después del trasplante
Diferenciación concreta
Una de ellas, según Arias, se relaciona con la aparición de anticuerpos anti-HLA en el seguimiento del trasplante como biomarcadores de pérdida del injerto a largo plazo, y que "probablemente nos obligue a tener una actitud diagnóstica y terapéutica diferente".

Precisamente, diferenciar las distintas causas de pérdida con el soporte de técnicas de determinación que han ayudado a realizar el análisis después del trasplante, que antes sólo era posible en el momento o antes del trasplante, es una de las líneas de investigación de la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota (Estados Unidos), cuyo director médico del Programa de Trasplantes Riñón/Páncreas y especialista en el Departamento de la División de Nefrología e Hipertensión, Fernando G. Cosío, ha señalado que actualmente se dispone de nuevas técnicas de determinación en fase sólida con anticuerpos anti-HLA que pueden realizarse en cualquier momento -a largo plazo- después del trasplante y que aparecen tanto si el órgano procede de donante vivo como de cadáver.

"Son marcadores de la reactividad del receptor contra el donante. Pero, al mismo tiempo, son factores patogénicos directos, es decir, los anticuerpos pueden hacer daño al riñón directamente y causan pérdida del injerto". A juicio de Arias, una de las claves es concretar y saber interpretar cuáles son los anticuerpos que causan daño, cuáles los que son beneficiosos y cuáles los que predicen problemas a largo plazo en el trasplante.
  • Existen diversos estudios sobre producción de anticuerpos y control del sistema del complemento
Lógicamente, la diferenciación de los motivos que conllevan al rechazo podría variar las estrategias terapéuticas actuales. Según Cosío, en el caso del riñón el 20 por ciento de los rechazos se deben a la renopatía original que recurre en el trasplante, por lo que "el tratamiento de las enfermedades primarias es fundamental y probablemente distinto al tratamiento del rechazo humoral o celular".


Control del complemento
Considera que lo más urgente en el trasplante es concretar lo más eficaz y selectivamente el motivo del rechazo para aplicar el tratamiento más útil. Existen varios estudios sobre anticuerpos anti-HLA y su producción y el control de complemento, factores implicados en el daño y activados por los anticuerpos. No obstante, "el control del complemento es muy importante para el rechazo humoral agudo, pero lo es menos para el crónico".

PÉRDIDA LENTA Y PERSISTENTE

Hace años, la mayor parte de los rechazos se achacaba, en cierta medida, a la medicación que se administraba en los trasplantes de órganos sólidos. Sin embargo, el desarrollo actual de inmunosupresores tan eficaces y potentes ha puesto en guardia a la comunidad científica, hasta el punto de que una de las discusiones más continuas en esta área es si se está ante la presencia o no de un rechazo, ya que "si antes un riñón se perdía en una semana, ahora el órgano puede perderse en cinco o diez años", ha señalado Fernando Cosío. El rechazo ha pasado a ser lento y persistente: "Se va produciendo en el tiempo y no se sabe muy bien cómo tratarlo porque la terapia puede ser más dañina, por tóxica, para el enfermo".

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