martes, 3 de julio de 2012

La neuroprotección se sirve del tamaño 'nano' para el ictus - DiarioMedico.com

La neuroprotección se sirve del tamaño 'nano' para el ictus - DiarioMedico.com


fármaco encapsulado en nanopartículas, un 70% más eficaz

La neuroprotección se sirve del tamaño 'nano' para el ictus

Un trabajo dirigido por el biólogo Jesús Agulla, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, demuestra que las nanopartículas transportadoras con neuroprotectores tienen un gran potencial para ser utilizadas en pacientes con ictus. 
María R. Lagoa. Vigo   |  03/07/2012 00:00

 
 
 
El estudio sobre nuevos agentes teranósticos ha sido distinguido como la mejor investigación joven en el último congreso europeo de ictus. Un jurado internacional lo eligió como el mejor de las 1.200 comunicaciones que se presentaron en esta reunión científica, celebrada en Lisboa. Los tratamientos disponibles en la actualidad son bastante limitados. Así, la utilización de trombolíticos exige un abordaje durante las primeras cuatro horas y media desde que acontece el ictus. La confirmación de las conclusiones del trabajo abriría la ventana terapéutica, uno de los retos más importantes para los especialistas.

"Tras sufrir un infarto cerebral, una zona del cerebro queda dañada en cuestión de minutos, pero alrededor de este núcleo del infarto existe un área de tejido cerebral en riesgo susceptible de ser tratada. De salvarla o no depende la futura calidad de vida del paciente y en no pocos casos su propia supervivencia", explica Jesús Agulla, del Laboratorio de Neurociencias Clínicas del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). Sin embargo, llegar a la periferia cerebral no es fácil: más del 80 por ciento de los fármacos no son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica. La consecuencia es que hay que elevar la dosis para alcanzar niveles terapéuticos, lo que deriva en un incremento de los efectos secundarios.

Jesús Agulla ha buscado dirigir el principio terapéutico de forma selectiva a la zona dañada y ha conseguido un transportador para distintos fármacos de naturaleza similar a las células cerebrales, lo que favorece su paso a través de la barrera hematoencefálica. Esta nanopartícula transportadora contiene citicolina, un neuroprotector.

En la parte superior del vehículo se incorpora un anticuerpo, que actúa como un marcador que sólo es reconocido por unas proteínas que se encuentran en la zona del periinfarto y que se activan únicamente cuando se produce una lesión cerebral. "Así, la nanopartícula se pega a la proteína y es entonces cuando se libera el principio activo, justo en la zona que es necesario proteger". Ese agente también contiene sondas de imagen que permiten la caracterización de la zona dañada, tanto por fluorescencia como por resonancia magnética, lo que posibilita seguir la pista por el organismo.

Agulla califica de "más que satisfactorios" los resultados alcanzados hasta el momento. En modelos animales se ha logrado disminuir el tamaño del infarto con el fármaco encapsulado en las nanopartículas un 70 por ciento más que al administrar el fármaco libre por vía intravenosa.

Según el investigador, los siguientes pasos consistirán en modificar la estructura para cambiar la vía de administración y que pueda ser intranasal o intraocular (gotas o spray) e intentar regenerar la zona dañada del periinfarto y no sólo evitar que se dañe más: "Lo bueno de estas nanopartículas es que puedes incorporar cualquier fármaco y, en lugar de la citicolina, que es un neuroprotector, podemos poner un fármaco regenerador".


Papel de la teranóstica


El grupo del CHUS lleva años desarrollando una línea de trabajo basada en la teranóstica y, de hecho, algunos resultados fueron patentados, ya que abren nuevas vías terapéuticas para el tratamiento del ictus, tanto en fase aguda como para la reparación del tejido cerebral tras el infarto.
 
La teranóstica es una disciplina que se utiliza en nanotecnología para unir plataformas moleculares con un papel dual. Una de las funciones es la diagnóstica: las moléculas teranósticas incluyen sondas de imagen capaces de detectar dianas moleculares y de seguir sus dinámicas espacio temporales tras ser administradas a un sujeto. La segunda función es terapéutica: estos agentes pueden incluir en su interior fármacos con actividad terapéutica, permitiendo la estabilización, el transporte y liberación controlada en el tejido diana.

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