sábado, 21 de julio de 2012

La activación de una proteína activa las vías que conducen a la insuficiencia cardíaca ▲ El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La activación de una proteína activa las vías que conducen a la insuficiencia cardíaca

La activación de una proteína activa las vías que conducen a la insuficiencia cardíaca


(21-23/07/2012) - E.P.

Descubren  una segunda función de la proteína APJ además de la ya conocida que detecta los cambios mecánicos cuando el corazón está en peligro y que  pueden conducir hacia la insuficiencia cardíaca

Investigadores del Instituto de Investigación Médica Sanford-Burnham, y la Universidad de Stanford (Estados Unidos), han descubierto que los cambios en la salud cardiovascular dependen de la forma en que se activa una proteína del corazón, noticia importante para la síntesis de medicamentos que tratan las enfermedades cardiovasculares. El estudio ha sido publicado en la revista Nature.

En su búsqueda para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, los investigadores  y las compañías farmacéuticas siempre han estado interesados en el desarrollo de nuevos medicamentos que activen una proteína cardiaca llamada APJ. Sin embargo, los investigadores del nuevo estudio han descubierto una segunda función, previamente desconocida, de APJ: esta proteína detecta los cambios mecánicos cuando el corazón está en peligro, y que  pueden conducir hacia la insuficiencia cardíaca. Esto significa que la activación de APJ, en realidad, podría ser perjudicial en algunos casos.

"Sólo la búsqueda de una molécula que active la APJ no es suficiente. Lo que es importante para la insuficiencia cardíaca no es si este receptor está activado o desactivado, sino la forma en que se activa", afirma Pilar Ruiz-Lozano, profesora en Stanford, quien dirigió el estudio.

La APJ es un receptor que se encuentra en la superficie celular de muchos órganos, donde se detecta el ambiente externo. Cuando una hormona, apelina se une a la APJ, se pone en marcha una reacción en cadena que influye en una serie de funciones celulares. Muchos estudios anteriores han demostrado que la actividad de la apelina-APJ dirige procesos beneficiosos, tales como el desarrollo embrionario del corazón, el mantenimiento de la presión arterial normal, y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, según el nuevo estudio, la APJ también puede ser  activada de una forma nociva, que no implica a la apelina, en la que responde a los cambios mecánicos del corazón.

Para entender mejor estos cambios mecánicos, los investigadores ponen como ejemplo a una persona con presión arterial alta. En este caso, el corazón de la persona tiene que trabajar más para bombear la misma cantidad de sangre, a la misma velocidad, que una persona sana. Para satisfacer la creciente demanda, las células individuales del músculo cardíaco empiezan a producir más proteínas, por lo que las células aumentan en tamaño. Finalmente, las membranas celulares se extienden y cada célula comienza a separarse de su vecina; lo cual conduce a la hipertrofia, que a su vez puede causar insuficiencia cardíaca.

La mejor manera de determinar el papel que desempeña una proteína en un proceso celular particular es observar qué sucede cuando ésta está ausente. Para ello, el equipo de investigadores utilizó modelos experimentales que carecían de APJ. Bajo condiciones normales, los individuos  sin APJ parecían perfectamente normales; sin embargo, a diferencia de los controles, los que carecían de  APJ no podían sentir el peligro cuando su corazón aumentaba de tamaño. Como resultado, los individuos sin APJ eran más saludables, y no sucumbían a la insuficiencia cardíaca.

Según estos resultados, los autores afirman que sin APJ, el corazón no siente el peligro, y no activa las vías que conducen a la insuficiencia cardíaca. Según este hallazgo, dependiendo de cómo se lleve a cabo, la activación de APJ podría empeorar la condición de los pacientes con enfermedad cardiaca.

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