martes, 24 de julio de 2012

El riesgo de interacción o reacciones adversas a los medicamentos aumenta en las personas mayores ► El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad El riesgo de interacción o reacciones adversas a los medicamentos aumenta en las personas mayores

El riesgo de interacción o reacciones adversas a los medicamentos aumenta en las personas mayores


Madrid (25/07/2012) - Redacción

• El proceso de envejecimiento hace que los medicamentos se comporten en los ancianos de manera diferente que en la población más joven por lo que se deben tener precauciones especiales para que los tratamientos farmacológicos sean seguros y eficaces

• La mayoría de los ancianos presenta una mezcla de enfermedades crónicas que requiere tratamiento simultáneo, señalan desde la SEMEG

El proceso de envejecimiento hace que los medicamentos se comporten en los ancianos de manera diferente que en la población más joven. Este hecho implica que se deben tener precauciones especiales para que los tratamientos farmacológicos sean seguros y eficaces.
Según el doctor Juan Macías, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), "el enfermo geriátrico puede padecer diversas enfermedades agudas y crónicas a la vez, y a menudo un mismo enfermo toma más de un medicamento. Cuando esto pasa, el riesgo de que se produzcan interacciones o reacciones adversas a los medicamentos aumenta. Por lo tanto, se debe ser cuidadoso en el seguimiento de estos pacientes para prevenir situaciones indeseables y establecer una serie de normas que faciliten la administración, seguimiento y cumplimiento de los tratamientos de manera que se consigan los objetivos de forma segura y eficaz".
Los acontecimientos adversos producidos a consecuencia de las interacciones deben ser evitados adoptando algunas precauciones, e incluso optando por recurrir a otras alternativas terapéuticas con la misma indicación. En este sentido, "es preciso valorar si el riesgo potencial de la interacción supera los posibles beneficios clínicos de la asociación del uso de dos o más medicamentos", aclara el doctor Macías.
Los cambios fisiológicos inherentes al envejecimiento se producen con distinta intensidad de un individuo a otro e incluso de un órgano a otro. "En la práctica no podemos utilizar por sistema una determinada posología sin considerar la situación fisiopatológica del paciente", subraya el doctor Macías. Este escenario general ha propiciado la aparición de nuevos medicamentos con una eficacia similar sobre los tratamientos disponibles pero con un margen terapéutico más amplio, una posología simplificada, un mayor perfil de tolerancia y un riesgo menor de producir interacciones.
El incumplimiento de la prescripción es un hecho bien conocido, especialmente en las enfermedades crónicas, aunque sus consecuencias clínicas y socioeconómicas no suelen ser valoradas. Aunque afecta a todos los grupos de edad, en los pacientes ancianos se dan algunas circunstancias que agravan sus consecuencias. Entre ellas, el presidente de SEMEG destaca "el incumplimiento no intencionado debido a olvidos y confusiones en los regímenes de dosificación; el incumplimiento intencionado debido a una mayor frecuencia de efectos adversos; y por último, las dificultades económicas de los propios afectados que se refleja actualmente en el establecimiento del copago sanitario".
Además, las consecuencias que se derivan del incumplimiento del régimen de dosificación dependen de las características del fármaco y del tipo de enfermedad, y pueden conducir a una pérdida de eficacia o un incremento de la toxicidad. "Los pacientes con enfermedad coronaria que interrumpen bruscamente el tratamiento con betabloqueantes pueden sufrir un fenómeno de rebote con aparición de arritmias cardiacas. El incumplimiento de los tratamientos antihipertensivos incrementa el riesgo de morbimortalidad cardiovascular y el de los inhibidores de la proteasa se asocia a un incremento de la resistencia y de los fracasos terapéuticos", ejemplifica el geriatra.
La comunicación entre Atención Especializada y Atención Primaria debe ser constante y fluida a la hora de consensuar y racionalizar el tratamiento con el objetivo de evitar la sobremedicación, minimizar los efectos secundarios y las posibles interacciones medicamentosas.

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