martes, 5 de junio de 2012

La mitad de las personas con trastorno bipolar no están diagnosticadas y casi 1 de cada 3 recibe un diagnóstico equivocado de depresión :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La mitad de las personas con trastorno bipolar no están diagnosticadas y casi 1 de cada 3 recibe un diagnóstico equivocado de depresión


La mitad de las personas con trastorno bipolar no están diagnosticadas y casi 1 de cada 3 recibe un diagnóstico equivocado de depresión

Ibiza (05/06/2012) - Ana Montero

• Así lo han evidenciado los expertos en el marco del XI Seminario Lundbeck, trastorno bipolar: "El desgobierno de la mente", en el que también se ha concluido que en el abordaje de esta enfermedad "del cerebro", que afecta a casi un millón de españoles, es fundamental el tratamiento farmacológico complementado con otras medidas como la psicoeducación

• El trastorno bipolar puede disminuir la esperanza de vida de 13 a 30 años

El trastorno bipolar (TB), "la gran desconocida en el ámbito de la Psiquiatría", como han señalado los expertos reunidos en torno al XI Seminario Lundbeck, trastorno bipolar: "El desgobierno de la mente", es una enfermedad que afecta a 30 millones de personas en el mundo, y a casi un millón de españoles, y es la sexta causa de incapacidad según la OMS, pero que adecuadamente tratada posibilita que el paciente pueda llevar una vida normalizada.

"El TB no afecta a la inteligencia, sino a la regulación de las emociones, sus causas son una combinación de factores genéticos y ambientales y su tratamiento es farmacológico y psicoterapéutico", ha asegurado el Dr. Eduard Vieta, jefe de servicio de Psiquiatría y director de la unidad de trastorno bipolar del Instituto de Neurociencia del Hospital Clínic de Barcelona, quien también ha señalado que "aún queda mucho trabajo por hacer en el área de comunicar qué es esta enfermedad, puesto que la sociedad ve a estos pacientes como posibles criminales o, por el contrario, como algo glamouroso y superficial, y no es ni lo uno ni lo otro, ya que lo que tienen es una enfermedad grave, pero tratable y gobernable".

A pesar de los avances producidos durante los últimos años, tanto en investigación como en tratamiento del TB, donde España es uno de los países líderes mundiales, uno de los principales problemas reside en la dificultad de diagnóstico durante las primeras etapas de la enfermedad ya que el "difícil" reconocer la sintomatología e identificarla adecuadamente con el trastorno bipolar.

Así pues, el TB es una enfermedad en la que aparecen episodios de hipomanía o de manía en algún momento de su evolución y, en la inmensa mayoría de los casos, también fases depresivas, a veces más prolongadas. Además, tiende a ser crónica y recurrente y se puede manifestar con un conjunto de diferentes síntomas psicológicos, conductuales y físicos no siempre fáciles de diagnosticar y tratar.

De hecho, los expertos sospechan que el 49 por ciento de las personas que padecen TB no están diagnosticadas, mientras que otro 31 por ciento -una de cada tres- ha recibido un diagnóstico equivocado de depresión mayor. Además, según han explicado, el 34 por ciento de los pacientes con TB han vivido más de diez años con síntomas de la enfermedad antes de su diagnóstico.

En este sentido, el Dr. Vieta explicaba que los pacientes suelen ir al médico cuando están deprimidos, no cuando se encuentran mejor o están en una fase de euforia o de desinhibición, lo que provoca que muchos pacientes no reciban el tratamiento adecuado y la demora en la implementación de las medidas farmacológicas y psicoterapéuticas pertinentes, "lo que comporta un peor pronóstico y notables complicaciones psicosociales", como ha advertido.

Respecto a la edad en la que debuta la enfermedad, el Dr. Vieta ha señalado que ésta puede comenzar en cualquier momento de la vida, "en algunos casos aparece tras un parto, por ejemplo", como ha apuntado, pero lo más frecuente es que se inicie en la adolescencia y en los inicios de la edad adulta, entre los 20 y los 30 años. Además, el doctor ha señalado que se da por igual en hombres y mujeres y tiene una base genética que indica que existe una predisposición en la que las causas ambientales y sociales, como el estrés o las drogas, precipitan las posibilidades de que la persona desarrolle la enfermedad. Asimismo, el Dr. Vieta ha explicado que las recaídas hacen perder las capacidades de adaptación psicosocial, según ha informado,"cuantas más recaídas, peor se recuperan y surgen problemas cognitivos".

Por último, el Dr. Vieta se ha referido a que el diagnóstico de esta enfermedad es clínico, ya que no existen instrumentos diagnósticos, y, por tanto, está basado en la entrevista. En este sentido, a pesar de que la alteración clínica del cerebro se puede ver en neuroimagen, ésta es cuantitativa, no es específica, "no hay forma todavía de hacer una predicción del desarrollo de la enfermedad, pero esto ocurrirá y en un futuro cercano tendremos fórmulas para hacer una predicción más o menos buena y hacer un buen seguimiento de la enfermedad". Al hilo, el experto ha señalado que en Atención Primaria, puerta de entrada de este tipo de enfermedades, se está introduciendo un test de cribado, "barato y eficiente", para la detección precoz de la enfermedad.



Tratamiento farmacológico y psicoeducación, la alianza perfecta

El tratamiento del TB está basado en la combinación de un tratamiento farmacológico "imprescindible", según ha apuntado el Dr. Vieta, y la psicoeducación. Así pues, entre los fármacos empleados para tratar el TB se encuentran los estabilizadores del ánimo como el litio, algunos anticonvulsivantes y los antipsicóticos, tal y como ha informado el experto. Al hilo, uno de los fármacos más novedosos lanzados al mercado ha sido asenapina, comercializada por Lundbeck, una nueva opción terapéutica, sublingual, de más rápido efecto y con un espectro más amplio que los medicamentos que existen hasta la fecha, para el tratamiento del trastorno bipolar tipo I.

Así pues, las claves del tratamiento pasan por que, tras la remisión de los síntomas, el tratamiento se oriente a la prevención de las recaídas; por que a corto plazo prime la eficacia y a largo plazo la tolerabilidad y por que se consiga una buena adherencia a la medicación, "el factor que más influye en la adherencia es la falta de conciencia de la enfermedad, de ahí la importancia del trabajo psicoeducativo", ha subrayado el Dr. Vieta. Del mismo modo, el experto ha insistido en que "la medicación hace que la enfermedad se vuelva silente, pero luego hay que ajustar el estilo de vida y, en ese sentido, la psicoeducación para la fase de mantenimiento es fundamental".

En esta misma línea ha argumentado su exposición el Dr. Francesc Colom, director del área de psicoeducación y tratamientos psicológicos, programa de trastornos bipolares en IDIBAPS, Hospital Clínic de Barcelona, quien ha defendido que el TB "no es una enfermedad de la mente sino una enfermedad del cerebro", en la que "el tratamiento farmacológico siempre es imprescindible, pero en muchas ocasiones no es suficiente".

"La psicoeducación es un tratamiento que desempeña una función preventiva. Se realiza en grupo y trata de dar al paciente herramientas para manejar mejor su enfermedad y convivir con ella", ha explicado el experto.

En este sentido, el Dr. Colom ha comentado que en las sesiones de psicoeducación el paciente aprende a aceptar mejor su enfermedad, "a aprender que se tiene un trastorno bipolar, pero no se es bipolar", como ha matizado, y a tener conciencia de la misma "puesto que tener conciencia de la enfermedad es doloroso, pero la negación es peor", como ha apuntado; a manejar los fármacos que deberá tomar de por vida; a identificar a tiempo los episodios de su enfermedad; a cambiar determinados hábitos que le serán nocivos para su enfermedad; a manejar el estrés o a enfrentarse al estigma.

A su juicio, la terapia es importante porque, siempre en combinación con los fármacos, es un tratamiento que permite que el paciente que sufre esta enfermedad recupere el control de su vida; tenga menos episodios, "la mitad, según nuestros estudios", como ha apostillado el Dr. Colom; y que estos sean más breves, en torno a un 75 por ciento más cortos. Además, se recupera mucha calidad de vida, se ahorra mucho sufrimiento y ahorra costes "ya que se reducen al mínimo los ingresos hospitalarios y las visitas a urgencias, de manera que no sólo es eficaz sino que es rentable. Concretamente, la psicoeducación, incluido el coste del tratamiento, ahorra al sistema unos 3.500 euros por paciente", ha manifestado el doctor.

Graves complicaciones asociadas al TB

En otro orden de cosas, la Dra. Consuelo de Dios, responsable del programa de trastornos bipolares del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario La Paz de Madrid, ha asegurado que el trastorno bipolar es un trastorno complejo con muchas posibles y graves complicaciones, desde el abuso de sustancias tóxicas, "presentar TB aumenta en más de 6 veces el riesgo de consumir alcohol y drogas", como ha especificado la experta; a la comorbilidad médica y psiquiátrica; pasando por problemas económicos y conflictos legales, relacionales, laborales y familiares; e, incluso, el suicidio.

Respecto al abuso de sustancias asociado con el TB, la prevalencia de vida es del 40 por ciento o superior para el abuso de alcohol y otras drogas en el trastorno bipolar I y del 20 por ciento en bipolar II. Además, esta asociación lleva "peor curso y pronóstico del TB", como ha informado la doctora, incluyendo aparición más temprana, más episodios afectivos y más complicaciones, con mayor riesgo de suicidio, problemas legales, agresividad y peor adherencia al tratamiento. Asimismo, tal y como ha expuesto la Dra. de Dios, según algunos estudios, el consumo de cannabis se asocia al inicio temprano del TB y puede multiplicar por cinco el riesgo de que aparezca un TB.

Además, según ha explicado la doctora, la aparición de la enfermedad es la suma de factores genéticos y ambientales, de manera que en pacientes con mucha carga genética, es posible que no necesiten la ayuda de las drogas para enfermar, y en pacientes con menos carga, quizá el TB no se habría desarrollado si el sujeto no hubiese consumido tóxicos.

Por otra parte, la Dra. de Dios ha señalado que el TB puede disminuir la esperanza de vida entre 13 y 30 años, concretamente, en esta enfermedad la mortalidad está relacionada con causas no naturales como, por ejemplo, el suicidio o los accidentes, pero más aún con causas naturales, fundamentalmente problemas cardiovasculares y endocrino-metabólicos.

"Las enfermedades que con más frecuencia se presentan en el paciente con trastorno bipolar son la obesidad mórbida, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras. Además, los problemas de abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, son mucho más frecuentes en el paciente con trastorno bipolar que en la población general, y esto también conlleva un alto riesgo de morbi-mortalidad", ha explicado la doctora.

Al hilo, como ha indicado la responsable del programa de trastornos bipolares del servicio de Psiquiatría del Hospital La Paz, la prevalencia en España del síndrome metabólico -diabetes, hipertensión arterial, hiperlipidemia y obesidad- en pacientes con TB es mayor que en el resto de la población. En este sentido, como el TB es una enfermedad del "cerebro y del cuerpo", para cumplir el objetivo de disminuir la morbi-mortalidad en el TB, hay que promover una dieta equilibrada y un correcto estilo de vida; prevenir y tratar el tabaquismo; y prevenir la comorbilidad médica y si aparece tratarla.

Asimismo, la experta ha recordado que el riesgo de suicidio es algo que siempre se debe evaluar en un paciente con esta enfermedad ya que "se estima que el 15 por ciento de los pacientes con TB se suicidan y, entre el 25 y el 50 por ciento lo intentan alguna vez". Además, se ha calculado que el riesgo de suicidio en pacientes con TB es 15 veces mayor que en la población general.

En cuanto a la prevención del suicidio, ha doctora se ha referido al diagnóstico adecuado de TB; a la identificación de los factores de riesgo (genéticos, sociales, médicos, demográficos, asociados a la propia enfermedad); al tratamiento eficaz de las fases agudas y en el mantenimiento; a evitar abandonos del tratamiento; a identificar y tratar la comorbilidad; a la psicoeducación y al manejo del estrés.

"Es ineludible abordar y prevenir estos problemas de salud física desde el inicio de la enfermedad bipolar, sin esperar a que estas complicaciones se desarrollen posteriormente", ha concluido la Dra. de Dios.

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