sábado, 5 de marzo de 2011

riesgo cardiovascular :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

La presencia de la proteína creactiva ha demostrado ser el mejor valor predictivo del riesgo cardiovascular, según los expertos

Redacción/Javier Granda Revilla

Se ha puesto de manifiesto en la 16ª Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), celebrada en Barcelona, en la que asemás se han presentado los resultados del Estudio Prescap correspondientes a 2010



Barcelona (5/7-3-11).- “Los avances en la investigación traslacional desarrollada en los últimos años han permitido la identificación de numerosos biomarcadores predictivos de riesgo cardiovascular. De ellos, los factores inflamatorios como los valores plasmáticos de proteína C reactiva (PCR), son los que han demostrado un mejor nivel predictivo y están más cerca de alcanzar un verdadero valor de detección del riesgo cardiovascular”, según el doctor Vicente Lahera, coordinador del Laboratorio de Fisiopatología Cardiovascular y Metabólica de la Universidad Complutense de Madrid, que ha participado en la 4º Reunión de Investigación en Fisiopatología Vascular enmarcada dentro de la 16ª Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) celebrada en Barcelona.

Según explica el doctor Lahera, la efectividad predictiva de estos marcadores viene determinada por su unión a marcadores bioquímicos clásicos como las alteraciones de la glucemia, la microalbuminuria, el aumento del LDL colesterol, triglicéridos y la reducción de HDL. Con todo, “el grado de eficacia que podemos alcanzar con estos biomarcadores aún no está determinado y para llegar a conclusiones fiables hace falta bastantes estudios”. En esta línea, el doctor Alejandro de la Sierra, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Mutua Terrassa de Barcelona, indica que, “aunque los biomarcadores, hoy por hoy, no parecen ser sustitutivos de los factores de riesgo, en análisis poblacionales ofrecen datos muy robustos y aportan información adicional muy importante”.

En lo que coinciden los expertos es en advertir las actuales carencias que aún existen en las investigaciones con biomarcadores. “El principal escollo es demostrar claramente no sólo que sus modificaciones se asocian a un aumento del riesgo cardiovascular, sino en qué medida son capaces de ser predictores a corto y largo plazo”. En este sentido, De la Sierra añade que “en ocasiones, un marcador no ayuda a predecir el riesgo si interfieren otros agentes como el tratamiento farmacológico. Sabemos que condiciona el pronóstico, pero desconocemos hasta qué punto influye por sí mismo”.

Es el caso, por ejemplo, del efecto que tienen los tratamientos en el pronóstico que ofrecen estos biomarcadores. “Sabemos por estudios recientes que las estatinas, ARAII, antiagregantes plaquetarios y fibrinolíticos han demostrado que la reducción de biomarcadores específicos tiene efectos beneficiosos sobre la aparición de eventos cardiovasculares, pero lo que desconocemos es si esta reducción se debe a un proceso natural o viene causado por múltiples agentes”, explica el doctor De la Sierra. A ello se suma que la respuesta del varía en función del paciente, ya que, tal como apunta De la Sierra, “el mismo marcador en dos individuos con el mismo sexo y misma presión arterial no indica el mismo grado de riesgo de sufrir una patología cardiovascular”.

Por esta razón, el futuro investigador se encamina hacia la Medicina Individualizada, adaptando el análisis de los biomarcadores a las características de los individuos y su fisiopatología. “Actualmente, tanto en Europa como en nuestro país estamos intentando indentificar biomarcadores que tengan un poder predictivo auténtico. En España, como en otros países, existen grupos que, bien a nivel nacional y/o en colaboración con otros países están trabajando desde hace años en esta dirección”, explica el doctor Lahera. “La utilización de técnicas de barrido genómico y proteómico son herramientas excelentes que permiten buscar de una manera más eficaz nuevos marcadores bioquímicos con poder predictivo del riesgo cardiovascular y permiten definir sus procesos”, añade el doctor De la Sierra.

Estudio Prescap
La 16ª Reunión de la SEH-LEHLA ha sido el marco elegido para la presentación del tercer estudio Prescap, correspondiente a 2010. Los datos del trabajo, recogidos el pasado mes de junio y auspiciado por Almirall, incluyen más de 12.900 pacientes.

Como comenta el doctor José Luis Llisterri, coordinador del estudio “Prescap nos da una visión global del estado actual de control de la presión arterial en España, permitiendo comparar las cifras con las de los estudios realizados en 2002 y en 2006” En su opinión, este trabajo es un referente tanto a nivel nacional como internacional “y está generando muchísima información”
El grado de control que se observado en 2010 es del 61 por ciento. “Este dato significa que ha habido una mejoría importante en el control de la presión arterial respecto a 2006, que fue del 41 por ciento y respecto a 2002, que fue del 36 por ciento”, destaca.

Para Llisterri esta medida “se debe, básicamente, a que los médicos de familia españoles están prescribiendo más combinaciones. Hemos observado que los pacientes hipertensos están más intensamente tratados con arreglo a las recomendaciones guías de práctica clínica. Por tanto, es una buena noticia para los médicos españoles: estamos en un grado de control muy parecido a otros países europeos, aunque un poco lejos de Estados Unidos”. El aumento del uso combinaciones se produce tanto a dosis fijas como a dosis libre y, según su criterio, la utilización de las primeras facilita el cumplimiento.

Otros estudios de práctica clínica en el Reino Unido, realizados por médicos de Atención Primaria, han logrado control ligeramente superior a Prescap, alcanzando el 70 por ciento de pacientes, con el condicionamiento de que el grado de control es distinto: en España se considerada controlados a los pacientes con 140/90 mmHg (o cifras inferiores) tal y como recomienda la guía europea de hipertensión, mientras que en Reino Unido es de 150/85 mmHg.

“Sería muy deseable que dentro de cuatro años pudiéramos hacer otro estudio y lograr un grado del 80 por ciento. Estaríamos rozando los límites deseables, porque el cien por cien va a ser imposible de conseguir. Pero la trayectoria ascendente que llevamos nos invita a pensar que, en cuatro o cinco años, podemos alcanzar un excelente grado de control en prácticamente el 80 por ciento. Las causas, como he comentado, son las combinaciones, que son muy bien toleradas: tenemos dos y tres fármacos antihipertensivos en una sola píldora e incluso puede que tengamos cuatro en unos años, lo que facilita mucho el cumplimiento”, ha concluido.


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