miércoles, 2 de marzo de 2011

resucitación cardiopulmonar :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

Un nuevo método de resucitación cardiopulmonar dobla la tasa de supervivencia con buena función cerebral

Redacción

La nueva técnica incluye el uso de dos dispositivos que aumentan la circulación sanguínea y hacen que corazón y cerebro reciban cerca de tres veces más sangre en cada ciclo compresión-descompresión que con la técnica estándar



Madrid (3-03-11).- Un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, ha encontrado un nuevo método de resucitación cardiopulmonar que mejora en un 50 por ciento las tasas de supervivencia a largo plazo con buena función cerebral.

Según el profesor adjunto de Medicina en la Universidad de Minnesota Demetris Yannopoulos, director de investigación sobre Cardiología Intervencionista en esta universidad, el actual método de resucitación cardiopulmonar ha salvado muchas vidas y es una herramienta indispensable en la Medicina de Urgencias, pero se quiere llamar la atención sobre el potencial de añadir este nuevo sistema.

Este sistema de dispositivo dual no sólo aumenta las tasas de supervivencia, también puede mejorar la función cerebral después de un paro cardíaco, afirma Yannopoulos, quien asegura que los autores de este trabajo recomendarán este método como nuevo estándar a la Asociación Americana del Corazón, pues es también un posible tratamiento para el 'shock' y las lesiones cerebrales, ya que mejora la llegada de sangre al cerebro y a otros tejidos.

La nueva técnica consiste en un aparato ('ResQPump') que funciona como una ventosa que se adhiere al tórax del paciente. Incluye una manivela para levantar, de forma manual, el tórax tras cada compresión, estimulando la circulación sanguínea.

Un segundo dispositivo ('ResQPOD') conecta las vías respiratorias del paciente con una máscara o un tubo para respirar y previene que el aire se precipite dentro de los pulmones mientras que el primer aparato eleva el tórax del afectado. Combinados, crean un mayor vacío que permite bombear la sangre al corazón y al cerebro de forma más eficaz.

Este avance se produce 50 años después de la aparición del método actual que se emplea en resucitación cardiopulmonar. Para el profesor de Medicina de Urgencia de esta universidad Keith Lurie, este avance es el fruto de la colaboración de especialistas en Medicina de Urgencia, cardiólogos, anestesistas, neurólogos y otros profesionales. A su juicio, el ambiente multidisciplinar ha sido absolutamente necesario para el éxito.

En la actualidad, cerca de 300.000 americanos sufren paradas cardíacas fuera de un hospital cada año y la tasa de supervivencia es sólo del 5 por ciento. Las tasas de supervivencia se mantienen en estos niveles en parte porque la compresión manual del pecho y la ventilación, intervenciones del método estándar, proporcionan menos del 25 por ciento del riego sanguíneo al corazón y al cerebro.

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