jueves, 6 de enero de 2011

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Los antecedentes familiares de alcoholismo elevan el riesgo de obesidad

Redacción

La relación entre el alcoholismo y el consumo excesivo de calorías podría ayudar a explicar la creciente obesidad en Estados Unidos, que se ha duplicado, tras pasar del quince por ciento de finales de la década de los 70 al treinta y tres por ciento del año 2010



Madrid (6/7- 1-11).- Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo podrían ser más propensas que el resto a sufrir problemas de obesidad, pues optarían por consumir alimentos calóricos en lugar de alcohol para calmar su tendencia a esta adicción, según un estudio de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, recientemente publicado en la revista especializada Archives of General Psychiatry.

Según este estudio, el alcohol y la comida rápida estimulan las mismas zonas del cerebro, por lo que las personas con predisposición al alcoholismo podrían estar reemplazando la bebida por esos alimentos, lo que tendría un impacto sobre el creciente problema de obesidad que se da en todo el mundo.

Esta situación es más común en las mujeres, según han destacado los autores del trabajo. Según Richard Grucza, uno de los investigadores del estudio, la mayor parte de los alimentos que se consumen hoy tienen más calorías que los que se tomaban en los años 70 u 80, pero además tienen las calorías, en particular, una combinación de azúcar, sal y grasa, que atraen a los llamados centros de recompensa del cerebro.

El alcohol y las drogas afectan a las mismas partes del cerebro y el pensamiento, porque estimulan las mismas estructuras cerebrales. El consumo excesivo de alimentos con exceso de calorías sería mayor en las personas con una predisposición a la adicción, señala el experto.

El equipo de Grucza comparó las tendencias a la adicción y la obesidad a partir de un sondeo nacional realizado en Estados Unidos entre 1991 y 1992 y entre los años 2001 y 2002. Casi 80.000 personas participaron en ambas encuestas.

Así, este equipo descubrió que, entre 2001 y 2002, las mujeres con un historial familiar de alcoholismo eran un 49 por ciento más propensas a la obesidad que aquellas sin antecedentes de alcoholismo en la familia. Lo mismo sucedió con los hombres, pero en menor grado, según destacan en el trabajo.

Grucza dice que estos resultados sugieren que el alcoholismo y la obesidad son de herencia cruzada, al igual que la adicción al alcohol y las drogas. Esto se debería, en parte, a cambios en el estilo de vida, como el incremento de la ingesta de comida rápida.

El estudio forma parte de la creciente evidencia de una relación entre el abuso de alcohol y la obesidad, sobre todo entre las mujeres.
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