sábado, 15 de enero de 2011

El uso problemático de internet puede desembocar en adicción - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
puede desencadenar trastornos psiquiátricos
El uso problemático de internet puede desembocar en adicción

Ganadores de un Premio Ulysses a la Investigación, Manuel Cortés y Antonio Piñeyroa alertan de los peligros que el uso abusivo de internet puede traer y de cómo esto puede actuar de desencadenante para otros trastornos psiquiátricos subyacentes.



David C. Golvano - Jueves, 13 de Enero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


Manuel Cortés y Antonio Piñeyroa, autores del estudio.



"Alrededor del 10 por ciento de los estudiantes de la ESO presenta algún tipo de conducta adictiva durante el uso que hace de internet, con el agravante de que en la mayoría de los casos ni ellos ni su familia son conscientes del problema". Así de contundentes se muestran Manuel Cortés y Antonio Piñeyroa, autores del estudio Prevalencia y factores asociados al uso problemático de internet en los estudiantes de Enseñanza Secundaria Obligatoria de la ciudad de Madrid, que ha sido galardonado con un Premio Ulysses a la Investigación 2009-2010. Ambos autores, del Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa Capitán Médico Ramón y Cajal, son especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública.

"Esa conducta adictiva de la red responde a la pérdida de control de la persona frente al uso de internet, al que convierten en parte fundamental de su vida". Cortés y Piñeyroa destacan la influencia que las redes sociales tienen "en términos de intimidad, variedad en su oferta, independencia del tiempo real y ausencia de inhibición, amparadas por sus características, la triple A: accesibilidad, asequibilidad y anonimato".

* Tras las fases de contacto y aceptación, se puede desarrollar una tercera fase en la que la persona busca refugio del mundo real en internet"


El proceso de adicción se desarrolla en tres fases. En la primera el sujeto aprende a usar internet y queda fascinado. En una segunda fase va integrándose en las comunidades virtuales más acordes con su personalidad, y en una tercera, ya específicamente relacionada con un uso problemático, la persona huye del mundo real para refugiarse en un ciberespacio, que le acoge sin reservas. Como signos iniciales de alerta ante esta última fase los autores destacan: "Comprobación reiterada y compulsiva del correo electrónico -en vacaciones o durante la noche-, apertura de numerosas cuentas, tendencia manifiesta a pensar en una próxima conexión, demanda creciente de la red a costa de cambios en sus hábitos de vida -privación o modificación en los patrones de sueño, disminución de la actividad física, descuidos en su salud-, secretismo ante los demás sobre el tiempo que pasa conectado, quejas de terceros por el excesivo tiempo que pasa ante la pantalla, relativización de dicho uso e inversión injustificada de tiempo y dinero en servicios específicos". Por sus largas estancias ante el ordenador pueden presentar también síntomas físicos: cefaleas, fatiga visual, dolores de espalda, mialgias, síndrome del túnel carpiano, insomnio, etc.

Navegar sin medida por internet puede ser una conducta sustitutiva de otras adicciones primarias, un síntoma más de diferentes procesos psiquiátricos o la consecuencia de un trastorno previo de la personalidad. Así lo confirman Piñeyroa y Cortés al explicar que "existe una alta comorbilidad del uso abusivo de internet con otras adicciones y trastornos psiquiátricos, especialmente de tipo afectivo: abusos de fármacos, alcohol y drogas, productos relacionados con el sexo, depresiones, trastornos bipolares, ansiedad, alteraciones en la conducta alimentaria..."

* Existe una alta comorbilidad del uso problemático de internet con otras adicciones y trastornos, especialmente de tipo afectivo"

Buen control


La mejor prevención es el empleo racional de internet y el control de su exposición. "En un principio deberían procurarlo los padres, si bien en función de la evolución, de ser especialmente problemático o de haber otros trastornos adicionales se podría requerir la atención por profesionales especializados". En cualquier caso, a excepción del empleo por motivos de trabajo o estudio, se recomienda que el tiempo de conexión no exceda de las dos horas diarias, sin interferir con el sueño, con otras necesidades básicas, ni con las obligaciones personales que el internauta pueda tener. "Existe un consenso prácticamente generalizado de que la persona que utilice internet debe conseguir un equilibrio entre las horas dedicadas a su uso y el resto de las actividades cotidianas", concluyen Piñeyroa y Cortés.

Actualización del perfil de riesgo

Si bien en un principio se intentó establecer un perfil del internauta problemático definido como hombre joven, de profesión liberal y clase media-alta, en la actualidad se considera más adecuado referirse a un tipo de personalidad con ciertos rasgos que predisponen al desarrollo de una adicción: alteración en el control de impulsos, introversión, narcisismo, intolerancia a estímulos displacenteros, hipocondría, fobia social, baja autoestima, búsqueda exagerada de sensaciones, persistencia de un pensamiento mágico y fantasioso, carencia de habilidades o del temperamento para alcanzar sus objetivos, personalidades límite, etc. Esto explicaría la alta comorbilidad del uso abusivo de internet con otras adicciones y otros trastornos psíquicos, especialmente de tipo afectivo. Se asocia también a un empobrecimiento de las relaciones interpersonales con los otros miembros de la familia, con una reducción significativa del círculo de amistades y con un incremento de los sentimientos de soledad.
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