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ESPAÑA
ALTERACIONES SIMILARES EN EL ÁREA CEREBRAL TM
El anciano y el depresivo comparten percepción
Con la edad se produce una disfunción en el área temporal media cerebral que altera la percepción de los objetos en movimiento; la disfunción es similar a la que se experimenta con la depresión y la esquizofrenia.

Redacción - Miércoles, 26 de Enero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


A medida que se envejece surgen las dificultades tras el volante, sobre todo la sensación de que no se ve igual a otros coches, peatones y ciclistas en movimiento. Este aterrador efecto de la edad no se debe a una merma en la capacidad para percibir objetos en movimiento, como pudiera pensarse, sino a un aumento en la percepción del telón de fondo, en detrimento de la acción que sucede delante.

Así lo ha averiguado un equipo de neurocientíficos, del Departamento de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en el Centro para la Ciencias Visual de la Universidad Rochester, según se publica hoy en The Journal of Neuroscience; el hallazgo no sólo va a contribuir a mejorar la conducción de los más ancianos, sino también a optimizar la identificación de la depresión y la esquizofrenia.

En personas sanas y jóvenes, el área visual temporal media (TM) suprime activamente y con bastante frecuencia los movimientos irrelevantes que se encuentran de fondo, para permitir la concentración en los sucesos centrales, de primer plano. El área TM se ha asociado en anteriores trabajos a otras capacidades discriminatorias de la función visual.

Anomalía

Las personas ancianas, así como aquéllas con alteraciones psiquiátricas como la esquizofrenia y la depresión, perciben mejor el movimiento del fondo, quizás por un funcionamiento anómalo del área cerebral TM.

El cerebro no puede percibir gran cantidad de información que se mueve a nuestro alrededor: emplea mecanismos para discriminar

El profesor Duje Tadin, coordinador del estudio, opina que "la cantidad de información visual que se mueve alrededor nuestro es inmensa, no tenemos el poder mental para procesarla toda. Hablando desde un punto de vista evolutivo, los objetos más pequeños que están en movimiento son los más importantes que deben percibirse, pues pueden ser tu comida o bien los que aspiran a comerte a ti".

Partiendo de estas premisas, el grupo de Tadin, cuya línea de trabajo se centra en los límites de la percepción visual humana, ha descubierto que el área TM es responsable de este fenómeno visual. Para ello, han empleado la técnica de estimulación magnética transcraneal. Colocando una serie de espirales magnéticas en la cabeza de algunos voluntarios, los investigadores estimularon el área cerebral en cuestión con señales eléctricas de 15 minutos, para inhibir temporalmente su funcionamiento.

Mientras el área TM resultaba menos activa, los científicos probaron en los voluntarios cómo identificaban los movimientos de los elementos más pequeños y los más grandes. Hallaron que cuando el área resultaba menos activa, los sujetos tenían más facilidad para identificar el movimiento de los objetos grandes, situados en la parte del fondo del plano visual.

Los autores de este hallazgo insisten en que estos datos podrían servir para ayudar a los psiquiatras a diagnosticar la esquizofrenia y la depresión.

Señal fidedigna

Las técnicas actuales de diagnóstico para este tipo de enfermedades psiquiátricas se basan sobre todo en información subjetiva y cualitativa, así como en la historia sobre alucinaciones y sentimientos de apatía. No obstante, si una persona exhibiese una capacidad para detectar el movimiento de los objetos del fondo superior a la normal, podría constituir una señal cuantitativa fidedigna e indicativa de estas patologías.

ESTIMULACIÓN MAGNÉTICA TRANSCRANEAL

La estimulación magnética transcraneal es un procedimiento no invasivo que cada vez se aplica más en el tratamiento de ciertos trastornos neuropsiquiátricos. De hecho, la agencia americana reguladora FDA ha aprobado esta técnica en el abordaje de la depresión resistente a la terapia farmacológica. En concreto, esta estimulación emplea campos magnéticos para estimular o bien para suprimir la actividad de células concretas del cerebro. En el experimento llevado a cabo en la Universidad de Rochester, por ejemplo, sirvió para suprimir la actividad del área visual TM. También se investiga en su utilidad en patologías neurodegenerativas como el mal de Parkinson, de Alzheimer y la esclerosis múltiple, así como en el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y las alteraciones por traumatismos craneoencefálicos.
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