miércoles, 7 de abril de 2010

Más resistencia con cefotaxima y ceftazidima alternadamente :: Diariomedico.com :: ESPAÑA


Fernando González
Fernando González, investigador del Csisp-UV. (Enrique Mezquita)

Diariomedico.com
ESPAÑA
ACELERA EL PROCESO DIVERSIFICADOR DE VARIANTES MÁS AGRESIVAS
Más resistencia con cefotaxima y ceftazidima alternadamente
La coexistencia de dos antibióticos beta-lactámicos, cefotaxima y ceftazidima, facilita la aparición de bacterias resistentes y acelera el proceso diversificador de variantes resistentes, según un estudio del Csisp, la Universidad de Valencia y el Hospital Ramón y Cajal.


Enrique Mezquita. Valencia - Miércoles, 7 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. El estudio publicado en 'PLoS Pathogens' ahonda en la necesidad de un estricto control del consumo de antibióticos en la población
2. El uso alterno de ambos antibióticos ha hecho posible que se hayan ido avanzando o cubriendo las distintas etapas evolutivas de forma acelerada

La resistencia a los antibióticos es uno de los temas más importantes y complejos a la hora de abordar la atención sanitaria de la población, sobre todo debido a su amplio consumo e impacto. Por ello, resultan de gran interés los estudios que permiten conocer más en profundidad los procesos que subyacen. En esta línea, una investigación del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (Csisp) de Valencia, la Universidad de Valencia (UV) y el Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, ha demostrado que el consumo alterno de cefotaxima y ceftazidima -dos antibióticos beta-lactámicos de uso hospitalario y ampliamente utilizados en patologías infecciosas severas, como es el caso de meningitis, septicemias, endocarditis o en exacerbaciones de bronquitis crónicas-, no sólo facilita la aparición de bacterias resistentes sino que acelera el proceso diversificador de variantes resistentes.

Los resultados del estudio que se ha publicado en PLoS Pathogens pueden contribuir a explicar la explosión de resistencias a antibióticos que se ha producido durante los últimos veinte años a escala mundial. Además, según los investigadores, ahonda tanto en la necesidad de un estricto control del consumo de antibióticos en la población, como en la importancia de consensuar políticas antibióticas internacionales.

Fernando González, investigador de la Unidad Mixta de Genómica y Salud de Csisp-UV y responsable de la línea de epidemiología molecular, ha explicado a Diario Médico que el punto de partida del estudio fue que "desde hace un tiempo el Ramón y Cajal, al igual que otros centros, había detectado un aumento de la prevalencia de bacterias resistentes a estos antibióticos en concreto -una situación que ocurre también en muchas otras familias de fármacos-". Para poder entender el proceso, "decidimos estudiar qué fuerza evolutiva ha permitido que algunas variantes genéticas fueran seleccionándose". Y para ello se centraron en analizar los genes CTX-M, no descritos antes de 1990 y que son ahora el mecanismo más ampliamente diseminado a nivel mundial de resistencia a cefalosporinas de tercera generación.

Relaciones y evolución
Según ha señalado González, que ha coordinado el estudio junto a Juan Carlos Galán, investigador del Servicio de Microbiología del centro madrileño, "a partir de las secuencias de esos genes, hemos estudiado por un lado las relaciones evolutivas entre ellos y, después, hemos ido reconstruyendo cuál pudo haber sido su evolución desde su aparición. Una vez definido este escenario, hemos analizado qué aminoácidos en concreto fueron los responsables de que esos genes fueran aumentando su espectro de actividad antibiótica".

Como aspecto novedoso y original respecto a otros estudios en esta línea, "hemos desarrollado en el laboratorio todas las combinaciones posibles comparando una a una con el modelo que predecía cómo había ocurrido la evolución. Para ello hemos construido plásmidos sintéticos, en los que se han ido expresando todas las proteínas elaboradas en el laboratorio con cada una de las mutaciones y sus combinaciones y se ha determinado la actividad enzimática de todas esas variantes, obteniendo un mapa completo de las posibilidades que ofrece la evolución de estas enzimas para incrementar el espectro antibacteriano". Al analizar cuáles son los efectos respecto a la resistencia de esas diferentes combinaciones, "hemos visto que la utilización alterna de ambos antibióticos -no necesariamente en el mismo paciente, sino desde un punto de vista poblacional- ha hecho posible que se hayan ido avanzando o cubriendo las distintas etapas evolutivas de forma acelerada, provocando la aparición de genes con cada vez mayor espectro de actividad antibacteriana, lo que posiblemente hubiese tardado más en producirse si no coexistiesen ambos antibióticos".

Limitar la extensión
Las conclusiones sugieren que, dado que las bacterias tienen un enorme potencial para desarrollar resistencia a cualquier antibiótico que el ser humano pueda descubrir, es imprescindible gestionar su utilización para limitar al máximo su extensión. "Al margen de la pura conclusión científica, el estudio demuestra la necesidad de tener un control de la administración de los antibióticos más allá del meramente individual".

EVITAR LA AUTOMEDICACIÓN

Según Fernando González, "las compañías farmacéuticas comercializan nuevos productos y, cuando un médico tiene que hacer frente a una infección muy resistente, de forma lógica la trata con lo que hay a su disposición. Sin embargo, la ventaja individual tiene que ser muy controlada y que este beneficio no acabe provocando una resistencia perjudicial para el conjunto de la población, como sucede con la mayoría de las resistencias". El especialista ha remarcado que "la práctica de automedicarse o la de tratar con varios antibióticos hasta dar con el que funciona son muy habituales, pero eso lleva a facilitar la aparición de bacterias resistentes, que provocan un problema cada vez más serio a escala mundial". Y aunque por ahora la mayoría de multirresistencias siguen restringidas al ámbito hospitalario, cada vez hay más circulando fuera de los centros hospitalarios. Por ello, ha añadido que "conocer cuáles son los procesos evolutivos que subyacen a la aparición y extensión de la resistencias es clave para su control".

EVITAR LA AUTOMEDICACIÓN

Según Fernando González, "las compañías farmacéuticas comercializan nuevos productos y, cuando un médico tiene que hacer frente a una infección muy resistente, de forma lógica la trata con lo que hay a su disposición. Sin embargo, la ventaja individual tiene que ser muy controlada y que este beneficio no acabe provocando una resistencia perjudicial para el conjunto de la población, como sucede con la mayoría de las resistencias". El especialista ha remarcado que "la práctica de automedicarse o la de tratar con varios antibióticos hasta dar con el que funciona son muy habituales, pero eso lleva a facilitar la aparición de bacterias resistentes, que provocan un problema cada vez más serio a escala mundial". Y aunque por ahora la mayoría de multirresistencias siguen restringidas al ámbito hospitalario, cada vez hay más circulando fuera de los centros hospitalarios. Por ello, ha añadido que "conocer cuáles son los procesos evolutivos que subyacen a la aparición y extensión de la resistencias es clave para su control".

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