martes, 6 de abril de 2010

La obesidad infanto-juvenil crece a pesar de la prevención - DiarioMedico.com


Carlos Redondo y José Amador Suárez

Diariomedico.com
ESPAÑA
DETECCIÓN Y TRATAMIENTO
La obesidad infanto-juvenil crece a pesar de la prevención
A pesar de las campañas sanitarias y sociales de prevención, la obesidad sigue aumentando de forma casi alarmante entre niños y adolescentes. Los programas que contemplan modificaciones en la dieta y hábitos de vida según perfiles psicológicos son esenciales para el éxito.


Santiago Rego. Santander - Martes, 6 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. El niño debe ser consciente y responsable de su conducta para que la pueda modificar adecuadamente con el apoyo de su entorno
2. Los programas multidisciplinares de tratamiento son esenciales en adolescentes porque refuerzan todas las esferas de su vida


La obesidad en la infancia y la adolescencia es una disfunción de elevada prevalencia -en España aumenta un 2 por ciento cada año- y de difícil tratamiento. La comorbilidad asociada a este trastorno ocasiona graves consecuencias para la salud (hay adolescentes obesos con marcadores de riesgo cardiovascular), el bienestar emocional y la calidad de vida de las personas afectadas. Su prevención y tratamiento constituye en la actualidad un importante objetivo sanitario y preocupa que las campañas de prevención no estén ofreciendo los resultados positivos esperados.

Según Carlos Redondo, pediatra del Servicio Cántabro de Salud (SCS), que ha participado en el IV Congreso de Pediatría para Estudiantes de Medicina, celebrado en Santander, entre un 20 y un 30 por ciento de niños sufren obesidad o sobrepeso. El exceso de calorías en la alimentación y la falta de ejercicio son los máximos responsables.

Redondo forma parte del equipo de la Unidad de Genética, Metabolismo y Nutrición del Instituto de Formación e Investigación Marqués de Valdecilla (Ifimav) y de la Universidad de Cantabria, que ha elaborado un planteamiento en el tratamiento centrado en el paciente y su conducta respecto a la enfermedad. En éste se contempla la necesidad de hacer ejercicio físico, de reducir el tiempo frente al televisor, la videoconsola y el ordenador, y seguir una alimentación equilibrada.

El pediatra no quiere desvelar datos concretos del Plan de Prevención contra la Obesidad Infantil, que el SCS pondrá en marcha en atención primaria a lo largo de este año, y que pretende, de una forma sencilla, que el niño sea consciente y responsable de su conducta y, a la vez, ir modificándola de acuerdo con los parámetros saludables establecidos, concienciar a la familia de la importancia de su ayuda, implicar al profesorado de los colegios y establecer pautas culinarias adecuadas.


Educación nutricional
Porque, según Redondo, "los chavales que se alimentan mal no hacen actividad física. El problema de que el 20 por ciento de los chicos tengan sobrepeso les va a condicionar su salud en la edad adulta. Lo ideal sería ir a una educación nutricional en la que se discuta la elección de alimentos, las cantidades y los métodos de preparación y en la que se indique que todos los alimentos pueden ser tomados con moderación".

¿Significa esto que las campañas contra la obesidad en la infancia y en la adolescencia han fracasado?, se pregunta el profesional. "Las campañas inciden en la prevención, pero las estadísticas demuestran que no lo estamos haciendo bien".

La Organización Mundial de la Salud indica que para que la salud del adolescente sea óptima es necesario un grado de bienestar físico, psíquico y social. "Son necesarios programas multidisciplinares de tratamiento para adolescentes con sobrepeso y obesidad, que incluyan hábitos dietéticos, actividad física y perfiles cognitivos y psicológicos".

EL JOVEN DEBE SER PARTE ACTIVA DEL PLAN DE ADELGAZAMIENTO

El problema de la obesidad adolescente es más grave de lo que muchos padres creen y, aunque bastantes médicos consideran que lograr hacer adelgazar es una tarea harto complicada, si un joven quiere y tiene una familia que colabora puede ser una tarea gratificante. "Los programas que se siguen con adultos y con niños no sirven para la población adolescente, que necesita nuevos enganches para lograr perder peso. Y esos enganches se consiguen por medio de un plan de vida que el pediatra, con la ayuda del psicólogo, prepara para cada paciente. Se trata de ir poniéndoles pequeñas metas que les ayuden a recuperar la autoestima", ha explicado Redondo.

"También ayuda a tratar al adolescente como un adulto, y no como a un niño, y saber escucharle. La ayuda de los familiares es fundamental, pero también que el chaval quiera perder peso. Hay que concienciarle de que adelgazar es algo más que seguir una dieta, pues la actividad física es importantísima. Saber encontrar el deporte que le gusta a cada uno, aunque a veces simplemente basta con un buen paseo, subir escaleras o bajarse del autobús una parada antes de la de su centro de estudio son variables que se pueden plantear". Al paciente se le explica que adelgazar consiste en gastar más de lo que se ingiere. De ahí que Redondo insista en que lo fundamental no es dejar de comer, sino cambiar los hábitos de vida. "Cuestiones tan sencillas como apearse del autobús una parada antes y completar el recorrido andando, no usar el ascensor, desterrar los domingos de sofá, la videoconsola y practicar algún deporte pueden conseguir modificar las conductas".

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