martes, 7 de julio de 2009

La ansiedad y depresión aumentan la incidencia de angina de pecho


CARDIOLOGÍA I/III + ANEXO
La ansiedad y depresión aumentan la incidencia de angina de pecho
JANO.es · 07 Julio 2009 09:45

Un trabajo en ‘Circulation’ concluye que el riesgo de angina se incrementa 2,24 veces con la cirugía coronaria, 3,12 veces con la depresión y 4,72 veces con la ansiedad



Según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos) y publicado en la edición digital de la revista Circulation (doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.108.806034), la ansiedad y la depresión se asocian con un incremento significativo de la frecuencia de angina de pecho en los pacientes con un mismo nivel inducido de dolor torácico. Unos resultados que, en palabras de los autores, “respaldan el estudio de las estrategias para tratar la angina de pecho, orientadas a reducir el estrés psicológico, así como también para aliviar los síntomas”.

La angina es un dolor localizado en el pecho que aparece como respuesta a la actividad o el estrés. Los síntomas son sensación de opresión y presión en el tórax, un dolor que quema, que comienza leve y se agrava en minutos, antes de desaparecer, rápidamente, por la acción de los fármacos o con el descanso. Sin embargo, reaparece con la actividad o el estrés.

Los síntomas se presentan cuando se estrechan las arterias coronarias o se interrumpe el flujo sanguíneo debido a un endurecimiento del tejido arterial (aterosclerosis) o un coágulo sanguíneo. Eso produce una isquemia, ya que la sangre no oxigena los tejidos, que terminan muriendo. Y en este contexto, como apunta el Dr. Mark Sullivan, director de la investigación, “la cardiología en Estados Unidos concentró los tratamientos de la angina casi exclusivamente en reducir la isquemia, pero nuestro trabajo sugiere que deberíamos evaluar y tratar también la depresión y la ansiedad en pacientes con angina frecuente. Y a este respecto, la cardiología británica y europea hacen algo más”.


Cuestionario para Angina de Seattle

El equipo del Dr. Sullivan estudió a 191 pacientes con una media de edad de 63 años y con isquemia a los que se les habían hecho estudios de perfusión miocárdica en estrés entre abril del 2004 y el 2006.

Con el Cuestionario para Angina de Seattle, el equipo determinó que 68 pacientes (36%) no habían tenido angina el mes anterior, que 66 (35%) habían desarrollado síntomas mensuales de angina y que 57 pacientes (30%) los habían tenido a diario o semanalmente. Asimismo, los autores también determinaron que el 44% de los pacientes con síntomas diarios o semanales de angina tenía niveles de ansiedad clínicamente significativos y que el 64% presentaba niveles clínicamente significativos de depresión.

Otros análisis revelaron que el aumento de la angina estuvo significativamente asociado con antecedentes de cirugía coronaria (2,24 veces más riesgo), ansiedad (4,72 veces más riesgo) y depresión (3,12 veces más riesgo).

Por todo ello, los resultados sugieren que las características psicosociales estarían asociadas con la frecuencia de aparición de la angina, independientemente de su gravedad. Sin embargo, como concluye el Dr. Sullivan, “se desconoce si esos factores psicosociales realmente afectan la respuesta a la isquemia o si el aumento de la carga del dolor de pecho intensifica el estrés psicosocial”.
Circulation 2009;doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.108.806034
Universidad de Washington


CARDIOLOGÍA II/III
Angina de pecho en pacientes infartados
JANO.es · 24 Junio 2008 17:01

El 20% presenta angina un año después del episodio cardíaco, según un estudio publicado en "Archives of Internal Medicine"


Las personas que están deprimidas o siguen fumando después de sufrir un ataque al corazón suelen padecer angina de pecho un año después del episodio. Además, son más propensas a padecer un nuevo infarto o a morir. En total, como muestra el estudio del equipo de investigación del Dr. Thomas Maddox, del Veterans Affairs Medical Center de Denver (Estados Unidos), cerca del 20% de las personas infartadas padece una angina de pecho un año después del ataque cardíaco.

La literatura recoge pocos estudios que hayan observado los factores que influyen en la angina post-infarto, por lo que los resultados de esta investigación, publicados en "Archives of Internal Medicine", podrían resultar ciertamente útiles a la hora de identificar y tratar mejor a estos pacientes.

Para llevar a cabo este estudio financiado por CV Therapeutics Inc y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses, los investigadores evaluaron los cuestionarios de 1.957 personas un año después de haber sido hospitalizadas por un ataque cardíaco entre los años 2003 y 2004. El equipo reveló que 389 personas, esto es, el 20% de la muestra, informaban de dolor de pecho un año después del ingreso. La mayoría padecía dolor menos de una vez por semana.

Uno de los problemas más relacionados con la angina entre los participantes fue la depresión, un aspecto ciertamente importante dado que las personas deprimidas corrían un riesgo mayor de padecer varios problemas cardíacos que podían llevarlos al hospital o causarles la muerte. En palabras del Dr. Maddox, “el cuidado ideal para estos pacientes post-infartados sería realizar controles de rutina sobre síntomas depresivos, para identificar a aquellos con más riesgo de sufrir angina”.

El tabaquismo estuvo fuertemente vinculado con el dolor de pecho persistente después de un ataque cardíaco, por lo que los investigadores concluyeron que debe incrementarse la ayuda a fumadores para que logren dejar el hábito tabáquico tras padecer un infarto. Por último, el uso de antidepresivos con objeto de reducir el riesgo de padecer angina se encuentra aún en fase de investigación.
Arch Intern Med. 2008;168(12):1310-1316
CV Therapeutics Inc
NIH


CARDIOLOGÍA III/III
No dejar de fumar triplica el riesgo de un nuevo infarto
JANO.es. Chicago · 31 Marzo 2008 10:30

El 95% de la población menor de 36 años que ha experimentado un infarto de miocardio es fumadora


Los fumadores con una edad igual o inferior a los 35 años que continúan fumando tras haber padecido un infarto agudo de miocardio presentan un riesgo hasta 3 veces superior de volver a sufrir un episodio cardiovascular que aquellos que, tras el infarto, han abandonado el hábito tabáquico. Un incremento del riesgo que, además, resulta independiente del tipo de tratamiento al que ha sido sometido el paciente, de otros factores de riesgo cardiovascular –caso, por ejemplo, de los niveles de colesterol, de las cifras de presión sanguínea o del índice de masa corporal–, o de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo.

Como refirió el Dr. Loukianos Rallidis, del Hospital General Attikon de Atenas (Grecia) e investigador principal del estudio del que deriva la evidencia, en el marco de la 57ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología (ACC) que se está celebrando en la ciudad de Chicago (Estados Unidos), “nuestro hallazgos sugieren que el tabaquismo juega un papel principal no sólo en la presentación del infarto, sino también en la de los episodios coronarios futuros. Así, los pacientes que han sufrido un infarto en algún momento de su juventud pueden mejorar significativamente su pronóstico a largo plazo adoptando un estilo de vida más saludable, esto es, principalmente dejando de fumar”. Una medida, lógicamente, ligada al tratamiento específico prescrito por su cardiólogo.

Más de la mitad, concretamente el 56%, de los 135 pacientes analizados en el estudio continuaron fumando tras sufrir un infarto. Como resultado, uno de cada tres sufrió un nuevo episodio –3 muertes, 30 síndromes coronarios agudos y 11 revascularizaciones– durante los 10 años de seguimiento del estudio. Por el contrario, y frente a los sufridos por el 45% de los fumadores persistentes –con un consumo medio de 20 cigarrillos al día–, sólo el 18% de los participantes que había abandonado el tabaquismo padeció un nuevo episodio.

En palabras del Dr. Rallidis, “el ofrecimiento de programas efectivos para dejar de fumar debe constituirse como una prioridad para todos los sistemas sanitarios. El tabaquismo de un factor de riesgo modificable y su efecto puede ser revertido durante mucho tiempo”.

El número de jóvenes que sufren infartos de miocardio se ha incrementado como consecuencia de los hábitos dietéticos nocivos y del abandono del ejercicio físico. Pero sobre todo, del tabaquismo: como constató el grupo de investigación del Dr. Rallidis en un trabajo previo, el 95% de los jóvenes que padecen un infarto son fumadores.
American College of Cardiology


ANEXO
CARDIOLOGÍA IV
Las leyes antitabáquicas reducen los episodios coronarios
JANO.es · 12 Febrero 2008 12:08

Un estudio italiano muestra una reducción significativa al comparar los casos de infarto de miocardio y angina antes y después de la entrada en vigor de la ley que prohíbe fumar en espacios públicos


La cifra de episodios coronarios agudos, como infartos de miocardio y anginas de pecho, ha caído significativamente en Italia tras la entrada en vigor de la prohibición de fumar en lugares públicos, tal como muestra un estudio aparecido en "Circulation".

Médicos del Departamento de Epidemiología de Roma compararon los casos de episodios coronarios agudos en la ciudad durante cinco años antes de la entrada en vigor de la ley (2000-2004) y los registrados un año después (2005). Sus resultados muestran que los casos disminuyeron un 11,2% entre las personas de 35 a 64 años y un 7,9% entre las de 65 y 74.

Según el Dr. Frencesco Forastiere, coautor del estudio, "la prohibición de fumar en todos los lugares públicos y de trabajo ha dado lugar a una importante reducción de episodios coronarios agudos. La prohibición de fumar en Italia está funcionando y ejerce un efecto protector real sobre la salud de la población".

Se trata del primer estudio europeo que muestra los beneficios a largo plazo de la prohibición de fumar en lugares públicos, oficinas y lugares de trabajo. En Italia, la prohibición incluye todos los espacios interiores, como tiendas, restaurantes, bares, discotecas y oficinas.

Los autores analizaron los datos a partir de las altas hospitalarias de diagnósticos de infarto de miocardio y angina y de los certificados de defunción. Además, también recogieron datos diarios sobre concentración de partículas en 40 lugares públicos. Estos datos muestran que la concentración de partículas finas disminuyó significativamente desde un nivel medio de 119 ìg/m3 antes de la prohibición a 43 îg/m3 un año después de la entrada en vigor de la norma.

Muestra que la prevalencia del tabaquismo entre los dos períodos estudiados se redujo pasando de un 34,9% a un 30,5% en la población masculina, y de un 20,6% a un 20,4% en la femenina. Las ventas de cigarrillos cayeron un 5,5% entre ambos períodos.
Circulation 2008, 10.1161/CIRCULATIONAHA.107.729889
Circulation

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