viernes, 24 de julio de 2009

H1N1 - gripe porcina - IntraMed: ¿Por qué la gripe mata a personas sanas?



0 JUL 09 | Desde las vías respiratorias al fallo multiorgánico
¿Por qué la gripe mata a personas sanas?
En algunos casos, las defensas del organismo tienen que esforzarse más de la cuenta. Esas células del sistema inmune terminan dañando al pulmón y produciendo neumonía.


El Mundo, España

MARÍA VALERIO

MADRID.- En la mayoría de los pacientes infectados hasta ahora por la nueva gripe, los síntomas no pasan de algo de fiebre, malestar general, estornudos... En otros casos, sin embargo, el virus es capaz de causar la muerte del sujeto. Muchas de las víctimas mortales por el virus A/H1N1 (cuatro de momento en España) tenían algún problema de salud anterior que empeoró su pronóstico. Sin embargo, no siempre existe una enfermedad previa al fallecimiento, como parece ocurrir en el confuso caso de una mujer nigeriana de 33 años. ¿De qué dependen estas diferencias? ¿Son suficientes las patologías de las víctimas para explicar que unos casos acaben con la muerte y en otros no pase de un simple ''resfriado''?

Este nuevo virus de la gripe, como otros de tipo respiratorio, infecta a las células del sistema respiratorio y se aprovecha de ellas para multiplicarse. Este fenómeno es posible gracias a unas partículas que tiene en su superficie adaptadas para ''engancharse'' a las células respiratorias. En el caso del virus de la gripe aviar, por ejemplo, el patógeno estaba capacitado además para afectar a otros tejidos del organismo y no sólo los respiratorios, "y por eso resulta más grave para los contagiados, porque tiene capacidad de diseminarse [fuera del sistema respiratorio]".

Como explica el catedrático Juan García de Lomas, jefe del servicio de Microbiología del Hospital Clínico de Valencia, una vez que el virus llega al sistema respiratorio, es posible que se trate de una cantidad insuficiente y sea incapaz de multiplicarse de una célula a otra; o bien que el propio sistema inmunitario sea capaz de detectarlo y activarse para aniquilar al virus. "El efecto depende tanto de la virulencia del virus como del estado del huésped", resume el neumólogo del Hospital Clínic de Barcelona Antoni Torres.

Sin embargo, en algunos pacientes, el sistema inmune es incapaz de controlar al virus y las defensas tienen que esforzarse más de la cuenta. "Entonces libera unas moléculas, denominadas citoquinas, que en lugar de resultar beneficiosas acaban por ser perjudiciales", explica García de Lomas.

Una reacción inmune exagerada

Estas moléculas tienen la doble función de dañar a las células infectadas para que el virus no pueda seguir multiplicándose y, al mismo tiempo, atraer a nuevas células que les ayuden a controlar la infección. "Si son demasiadas, se atraen tantas células inflamatorias al pulmón que éste se inflama mucho", relata el microbiólogo; una reacción que no sólo puede desencadenar el virus de la gripe sino también otro tipo de infecciones respiratorias. "Nuestras defensas se activan tanto que acaban dañando al órgano que pretenden defender", aclara.

La neumonía es precisamente un proceso inflamatorio en el pulmón, una respuesta a los daños que está sufriendo el sistema respiratorio, pero que puede estar causado tanto por un virus, como por una bacteria o un hongo. En el caso de la gripe común, como aclara Juan Pablo de Torres, neumólogo de la Clínica Universitaria de Navarra, sólo un 1%-2% de los casos se complica con neumonía; un porcentaje similar al que se está observando con la nueva variante A/H1N1. De hecho, en la mayoría de los pacientes la enfermedad sólo produce síntomas a nivel de las vías respiratorias altas: secreción nasal, tos, flemas...

En el caso de México, el primer país afectado por esta nueva variante de la gripe, un reciente estudio en la revista ''The New England Journal of Medicine'' elevaba hasta 71% el porcentaje de pacientes mexicanos de cinco a 59 años que sufrieron neumonía con este virus, cuando con la gripe estacional ese porcentaje no sobrepasa el 30%. Como aclara el doctor Torres, puede tratarse de una neumonía viral, causada por el propio virus de la gripe; como una neumonía bacteriana, en la que el virus crea una situación propicia de debilidad en la que pueden colonizar bacterias.

En otro análisis publicado en la misma revista sobre el estado de los primeros 18 casos atendidos en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), todos los pacientes que necesitaron ventilación asistida sufrían distrés respiratorio agudo. En 10 de los pacientes, este problema se desarrolló en sus primeras horas de ingreso.

En el caso de EEUU, en una serie de 10 pacientes atendidos en un hospital de Michigan, los investigadores apuntan a que la obesidad que sufrían siete de ellos podría ser un factor de riesgo que empeore el pronóstico de los infectados por esta nueva gripe. Según han explicado especialistas de los Centros de Control de las Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés), es posible que las complicaciones de esta enfermedad sean peores en pacientes obesos. Cinco de estos pacientes tenían además coágulos en los pulmones, "algo que no se había visto en pacientes con infecciones graves por gripe", apunta el doctor Tim Uyeki.

Del pulmón al resto de órganos

Sólo un pequeño porcentaje de los pacientes con neumonía desarrolla un síndrome denominado distrés respiratorio agudo, que no deja de ser más que una manifestación grave de la inflamación y la respuesta inmune que está sufriendo el pulmón (pero que también puede estar provocada por un traumatismo, por ejemplo).

Con el pulmón inflamado no es extraño que los vasos sanguíneos también se encuentren dilatados y sufran pequeñas perforaciones, poros por los que se pierde líquido. Este acumulo de líquido que va a parar a los alveolos es lo que se conoce como edema, una complicación que puede acabar sufriendo un pequeño porcentaje de los pacientes con neumonía. "Este líquido dificulta la difusión de oxígeno y el intercambio gaseoso", explica el catedrático valenciano; una situación que puede verse incluso más agravada en el caso de un paciente asmático o con otros problemas respiratorios de base.

"Finalmente, todas estas sustancias inflamatorias pasan a la sangre procedentes del pulmón y acaban por provocar problemas en el hígado, riñón y otros órganos, que es lo que se conoce como un fallo multiorgánico", concluye Torres.

Como explica el especialista en Microbiología del Clínico de Valencia, algunos estudios que se han realizado recientemente en EEUU indican que la tasa de anticuerpos que tienen en su organismo las personas mayores de 60 años contra este virus es de casi el 33%, mientras que en los adultos jóvenes este porcentaje se reduce al 6%-9%, un factor que podría indica que la gripe esté afectando más a estos grupos de edad. Aunque, una vez infectados, un organismo joven y sano puede pasar la infección de manera más leve. "En un paciente anciano con insuficiencia cardiaca, una neumonía secundaria a la gripe puede ser fatal", resume el doctor Torres.

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